La Comarca, el Rey Aragorn y tus finanzas: lo que el crédito, la inflación y los impuestos tienen que ver contigo (y con Bitcoin)

¿Sabías que cada dólar que tienes en el bolsillo… es una deuda? Sí, una deuda del gobierno de EE. UU. sin fecha de vencimiento. Y lo más loco: ahora esa deuda la puedes comprar tú mismo, desde tu sofá, en forma de USDC o USDT. ¿Y luego? Te vas al súper, pasas tu tarjeta de MetaMask, y listo: pagas con deuda pública. Bienvenido al nuevo sistema financiero.

Hoy vamos a hablar del dinero real. No el que crees tener, sino el que realmente mueve el mundo. Te voy a contar cómo funciona, cómo puedes protegerte… y si juegas bien tus cartas, hasta sacarle ventaja.

Porque el Tesoro ya no necesita a la Fed, ni a los bancos. Te necesita a ti.

Arrancamos.

Introducción ligera para ir abriendo boca.

¡Muy buenas, gente del mundo realista y del idílico libertario también! Soy Álvaro Sáez, abogado fiscalista para recursos contra Hacienda, y esto es «No pagar impuestos para ayudar a los demás», el podcast donde hablamos de economía en serio… pero sin caras largas. Hoy vamos a hablar de algo tan cotidiano como invisible: el crédito, la inflación, los impuestos… y sí, claro, también de Bitcoin y los Mag 7. Pero te lo cuento como si fueras un hobbit forjador de tenedores, no un tecnócrata del BCE.


LA COMARCA Y EL CRÉDITO BUENO.

Imagínate esto. Eres un hobbit que hace tenedores de acero valyrio. ¡Sí, lo sé! Estoy mezclando Tolkien con Juego de Tronos. Pero quédate conmigo.

Llega una caravana de sábanas portuguesas. Algodón 100% ecofriendly. Y tú, que duermes en esteras desde hace 5 inviernos, decides: “¡A crédito!”. Les pagas en dos meses. ¿Qué haces mientras? Produces, produces y produces tenedores.

Conclusión rápida: Ese crédito no es inflacionario. ¿Por qué? Porque estás produciendo valor para pagar la deuda. Incluso puede ser deflacionario
si fabricas tantos tenedores que baje el precio. ¡Crédito productivo para ti!


ARAGORN Y EL CRÉDITO CHUNGO.

Pero esto no es la Tierra Media. Aquí no te paga Aragorn. Aquí el Estado te dice “yo te pago luego”, y tú le crees porque… bueno, porque es el Estado.

Cuando llega la caravana, tú ya no tienes tenedores ni oro, solo un pagaré firmado por el Reino de Arnor y Gondor. Y como el Estado no produce nada, para pagarte puede:

  1. Cobrar más impuestos (spoiler: lo intentará).
  2. Pedir prestado (spoiler: nadie le fía… excepto el Banco, con los ahorros de tu prima Teresa Bolsón).

Y ahí empieza la inflación: te pagan con promesas de pago (papelitos) que no valen más que la tinta. El banco reparte crédito como confeti y… ¡boom! inflación de libro.


¿Y ESO QUÉ TIENE QUE VER CON TUS INVERSIONES?

Pues para ti, todo. Porque no todo crédito es igual. El crédito sano impulsa la economía. El chungo, la revienta. Si estás metiendo pasta en acciones, cripto o incluso vivienda, pregúntate esto:

  • ¿Está aumentando la producción real?
  • ¿O solo estamos inflando los activos como si fueran globos?

Si el crédito es improductivo y encima público, agárrate que vienen curvas. Crisis tipo “subprime”, burbuja puntocom o la recesión del 2008.


¿CÓMO SABES QUE LA ECONOMÍA VA MAL?

No mires solo la bolsa. Fíjate en:

  • Cómo va el precio del oro. ¿Sube? Mal rollo.
  • DXY y MOVE (índices técnicos que te dicen si hay confianza en el dólar y el crédito). Si están bajos, el mercado ve calma.
  • Recaudación de impuestos: si cae, no se están generando bienes ni beneficios.

Pro tip: Si ves que sube la recaudación pero también el déficit, el gobierno está imprimiendo dinero a lo loco.
¿Resultado? Inflación para ti.


LA CURVA DE LAFFER (NO, NO ES UN POKÉMON).

Arthur Laffer podría haber dicho: si subes mucho los impuestos, nadie trabaja. Si no los pones, no recaudas nada. El punto óptimo está en medio.
Y ahí es donde debe estar el sistema para funcionar como un reloj suizo.

¿Y cómo se llega ahí? Bajando impuestos al capital, aumentando la oferta, dejando que haya liquidez… ¡No con más deuda pública inútil! Aunque ahora con las stablecoins es más útil que nunca.


¿Y EL BITCOIN QUÉ?

Bitcoin es un activo como cualquier otro… o no. Eso depende de si lo usas para especular o para resguardar valor.

Pero aquí va la pregunta del millón: ¿el crédito que alimenta al Bitcoin es productivo o solo estás montado en la ola especulativa con el dinero que sobra?

Lo importante no es cuánto crédito hay, sino si se usa para producir más bienes y servicios reales. Y no hay moneda fiat que cambie eso.


En resumen.

Recuerda esto: la liquidez no es la moneda. La liquidez es el crédito, y el crédito puede ser medicina o veneno.

¿Quieres ver por dónde van los tiros en la economía? Mira los impuestos, la recaudación, el oro y la producción. Todo lo demás… es ruido de fondo.

Suscríbete, comparte este episodio si te ha hecho reflexionar, y pásate por mi X (@saez_no1) para debatirlo. Y si tienes una Teresa Bolsón en tu vida, cuídala. Pero que no se meta a financiera sin licencia.

Y recuerda: ¡invierte con cabeza, no con HYPE o FOMO! Y para líos con la Inspección aquí estamos.

Y aquí empieza el desarrollo de las ideas: impuestos, moneda y liquidez.

¿Es el crédito inflacionario o no lo es? Una reflexión que puede ser útil para ti.

Álvaro Sáez, abogado fiscalista experto

El crédito: versión idílica.

Imagínate en La Comarca, eres un hobbit de esos del Señor de los Anillos, y produces una tenedores excepcionales de acero valyrio, creo que estoy mezclando series…

El caso que un día llega una caravana de sábanas portuguesas, sí de esas algodón 100% eco responsables con costuras reforzadas, bordados, ribetes y de satén de tacto sedoso. Pero tú no tienes dinero para comprarlas y te hacen falta.

Solución: compras a crédito. Te venden hoy las sábanas y ya las pagarás dentro de 2 meses cuando vuelvan por La Comarca.

Mientras tanto tienes que vender tenedores y para vender tenedores hay que producirlos y ponerlos a la venta o en oferta. Es decir, para pagar las sábanas compradas a crédito tienes que poner en oferta tenedores de esos buenos de los tuyos y venderlos para conseguir el dinero.

Pero tú no acuñas moneda, tú forjas tenedores de acero valyrio. En consecuencia, el crédito no es inflacionario. De hecho, si te envenenas a producir tenedores el crédito podría ser deflacionario en este caso y los tenedores bajar de precio.

En esta versión idílica del crédito, el crédito es comercial y no es inflacionario, el crédito facilita las transacciones y la producción. Y provoca que los activos productivos o capital valga más. Todo bueno.

Incluso, tu prima, Teresa Bolsón, que tiene buen ojo para esto de fiarse del prójimo y no le da vergüenza reclamarte una deuda, se ha especializado y paga a la caravana de sábanas portuguesas por ti y tú quedas en deuda con ella. Esto sería un ejemplo de crédito bancario primitivo, del bueno también, y no cambia tu necesidad de producir tenedores para cobrar y pagar tu deuda. Todo bueno también.

El crédito: versión «realista» o directamente pesimista. El crédito malo.

Quizás no lo has notado, pero el mundo se parece poco a La Comarca y a los bolsones aquí nadie les paga y quiebran. O directamente encarcelaríamos a Teresa por dar crédito sin registrarse antes en el Banco de España, previa aprobación de la CNMV.

No digo que el Banco de España y la CNMV no sean necesarias, que lo son, digo que esto es lo que hay.

Los intercambios con el Estado no son voluntarios, son si quieres bien y si no también. Entonces, al Estado, en este caso el Rey Aragorn, le han encantado tus tenedores y tú emocionado que vas a ser proveedor del Estado. Mejor que tú cuñado el funcionario, cobras del Estado y eres libre de organizarte como quieras. Todo ventajas.

Entonces, el Estado te compra todos tus tenedores y tú encantado. Y el Estado te dice ya te pagaré y tú piensas —¿Me va a engañar a mí el Rey Aragorn? Con lo bueno que es el Estado formado por todas esas personas íntegras y nobles que ¡cómo no van a cumplir las normas, si son las que las imponen! Igual que yo compro a crédito a la caravana de sábanas portuguesas, Aragorn, su majestad tiene crédito conmigo.

Fantástico.

Pero vuelve la caravana y tú has vendido todos los tenedores al Estado y el Reino Reunificado de Arnor y Gondor todavía no te ha pagado. Y tú hablas con la caravana y le endosas el crédito del Estado. Es decir, el Reino pagará a la caravana y no a ti.

El Estado no produce nada y ahora que tiene que pagarte a ti, bueno, por ti a la caravana, el Estado ve que tiene dos opciones. Producir no es una opción.

Las opciones son (i) o cobrarle impuestos a la caravana portuguesa que le va muy bien o (ii) pedir prestado para pagar a la caravana portuguesa. Pero la caravana portuguesa trabaja en crypto y no hay forma de embargarle y nadie quiere prestar al Estado.

Espera que por ahí viene uno que sí, que sí quiere prestar al Sr. Estado, se llama Banco y tiene depositados los ahorros de tu prima Teresa Bolsón, esa que tiene un ojo magnífico para invertir.

El Banco presta al Estado y el Estado, tarde, pero paga a la caravana portuguesa que la próxima vez te va a cobrar al contado o no te da las sábanas: «Caigo una vez, pero no más». ¡Ay! Recuerda que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.

Y meses después llega el momento de pagar al Banco y el Estado que no ha producido nada ni ha recaudado nada hace lo único que puede hacer: imprimir billetes o promesas de pago y se los da al Banco.

Y el Banco contesta al Sr. Estado —¿me vas a pagar la deuda con una promesa unilateral de pago? ¿Tú de qué vas? A mí págame con monedas de oro de las buenas.

Y el Estado prohíbe pagar con oro y establece que a partir de ahora sus promesas de pago —billetes— son la única moneda de curso legal. Aquí el crédito público al Estado sí es inflacionario porque el Estado no produce ni tenedores, ni sábanas, ni nada* y emite promesas de pago para saldar sus deudas.

*«Nada» es una hipérbole que da fluidez a la historia.

Pero el Sr. Banco para tragar y pasar por el aro pide algo a cambio, muy razonable por cierto —Oye, ya que tus billetes son la única moneda legal para todos y yo te presto a ti ¿me puedes prestar unos billetitos de esos para que yo se los preste baratitos a los habitantes de La Comarca? Hago negocio y me cargo a una tal Teresa Bolsón, una usurera que nos hace la competencia. Dos pájaros de un tiro.

Y el Sr. Estado responde —mientras me sigas prestando dinero te doy todas las promesas de pago que me pidas, siempre y cuando te comprometas a devolvérmelas cuando yo te las pida. Hay que mantener las formas.

Trato hecho.

Impuestos, moneda y liquidez

Y el Sr. Banco empieza a prestar dinero barato, pero el Sr. Banco sabe que el Sr. Estado en realidad no le va a pedir los billetitos de vuelta, porque al Sr. Estado el dinero no le cuesta nada y le interesa que el Sr. Banco vaya bien y le siga prestando. Así, que el Sr. Banco da crédito a discreción: para vacaciones, para ropa, para comprarse un coche ¿Pero si nunca sales de La Comarca? —Da igual mi vecino tiene un Hummer y yo quiero otro más grande.

El banco da mucho crédito privado para cosas productivas y para cosas improductivas.

Aquí el crédito privado sí es inflacionario porque el Banco da crédito para cosas improductivas que no aumentan la oferta y si el Banco deviene insolvente —porque los créditos son fallidos en exceso— solo tiene que pedir más billetes al Estado que se los dará porque le salen gratis y el Banco es quien financia sus gastos en parte extrayendo rentas del resto de la economía.

Conclusiones sobre el crédito.

El crédito bien dado no es inflacionario, ya que exige la producción de bienes y servicios para pagarlo.

El crédito improductivo es inflacionario. El crédito público es siempre en gran medida improductivo y el crédito privado es improductivo si pasa a ser en términos generales un crédito fallido —crisis financiera se llama, por ejemplo: La Gran Depresión, La Burbuja Puntocom, La Gran Recesión con origen en las hipotecas suprime.

El interés de mercado del crédito privado debería compensar los inevitables créditos fallidos —alguno siempre habrá— y dejar un beneficio al acreedor. Esto así en el mundo idílico libertario.

En el mundo «realista» muchas veces no se desata una crisis del crédito porque se aumenta la masa monetaria antes de que la crisis ocurra y la inflación «tapa» el crédito fallido.

Por tanto, el aumento continuado del endeudamiento público* es inflacionario y el mal crédito bancario es inflacionario, con o sin crisis financiera.

*El déficit público provocado por bajadas de impuestos con disminución del gasto puede ser deflacionario y compensar el efecto inflacionario del endeudamiento público. Cuando bajan los impuestos a familias y empresas aumenta el trabajo y la producción de bienes y servicios con un efecto deflacionario. Cuando disminuye el gasto se reduce el efecto del «crowding out».

¿Cómo ocurre el «crowding out»?

Cuando un gobierno incrementa el gasto público y lo financia con deuda (es decir, emitiendo bonos), compite por los mismos fondos disponibles en los mercados financieros que las empresas privadas.

Esto puede provocar:

  1. Aumento de la demanda de dinero prestable
    Al subir la demanda de crédito, suben las tasas de interés.
  2. Encarecimiento del crédito para el sector privado
    Las empresas encuentran más caro financiar sus inversiones, y por tanto invierten menos.
  3. Reducción de la inversión privada
    Se genera un efecto negativo sobre el crecimiento económico a largo plazo.
  4. Competencia pública →
    Si, por ejemplo, el Estado produce servicios de sanidad y educación compite con el sector privado sanitario y educativo y reduce sus beneficios, lo que conlleva a larga una reducción de la oferta de estos servicios.

El crédito es la liquidez.

Como hemos visto, en un mundo moral en el que el Estado —monopolio del uso de la fuerza— se abstiene de usar la fuerza para imponer su moneda, el crédito no es inflacionario y, de hecho, en la medida que favorece el comercio, favorece la producción y es deflacionario para bienes y servicios de consumo. E inflacionario para los activos, España finales del siglo XX y principios del siglo XXI, «el milagro español».

Pero ese mundo moral no existe. Este es el que existe. A veces se acerca más al idílico libertario y otras veces más al pesimista. Cuando se acerca al idílico, la economía crece y las personas prosperan, ahorren o no. Pues el corte de pelo y tinte en el centro de Oslo (Noruega), siendo el mismo servicio, se cobra mucho mejor que en el barrio de las Tres Mil Viviendas de Sevilla. Ahorre o no ahorre el peluquero, es cuestión del poder adquisitivo de tus clientes.

Lo mismo ocurrirá con el precio de una vivienda idéntica en una y otra localización. Haya costado lo que haya costado construirla. Aclaración: vale más en Oslo.

Por tanto, para que puedas ver si el crédito es sano o no, si es inflacionario o deflacionario, hay que ver cuánto aumenta la oferta de bienes y compararlo con ese aumento del crédito.

En la práctica: no hay forma de medirlo con exactitud.

Cuando tú compras una camiseta por 5 dólares en China son 5 dólares de PIB en China y, después, cuando tú vendes esa misma camiseta en EEUU por 50 dólares son 45 dólares de PIB en EEUU (50-5=45).

El PIB no es una medida fiable.

El crecimiento del PIB es una estadística y es difícil separar PIB privado de PIB público y saber qué parte del PIB, privado o público, es productiva y cuál no. No hay forma exacta ni fiable de medir el aumento de la oferta. El crecimiento del PIB es lo más accesible que tienes, pero es una estadística oficial del Estado con los sesgos que eso conlleva.

En resumen, que tienes que medirlo a ojo de buen cubero. Si sabes de otra opción, por favor, compártela en comentarios.

¿La gente ahora llega mejor a fin de mes o peor que antes? ¿Las cosas buenas de la vida están más caras o más baratas?

¿El crédito para comprar Bitcoin o acciones de Apple es productivo o improductivo? Pues es una cuestión de grado y difícil de medir cuando la moneda al emisor de moneda le sale gratis y al Banco que da el crédito hasta cierto punto también.

¿Y los impuestos son inflacionarios o deflacionarios?

En principio, los impuestos son coactivos y a cambio de servicios públicos como la Justicia, la Policía, los bomberos, las pensiones o la Educación. Dado que el precio de los impuestos no se fija voluntariamente, sino a la fuerza, lo más probable es que los servicios públicos tiendan a estar caros en proporción a los impuestos que pagamos. Es decir, en el mundo ideal los impuestos son inflacionarios.

Pero en el mundo «realista», todo puede suceder. Los impuestos pueden ser deflacionarios si generan superavit, porque reducen la moneda —meras promesas de pago—en circulación para el sector privado y secan la creación de crédito privado al retirar fondos a los bancos. Otra forma de «crowding out».

crowding out

Y si los Bancos funcionan muy mal, el Estado puede hacerlo mejor. Y que el gasto del Estado sea más productivo que el crédito bancario. En el reino de los ciegos el tuerto es el Rey. No porque el tuerto vea bien, sino porque los demás están ciegos.

O seguramente el Estado lo haga peor todavía, pero estará políticamente legitimado para hacerlo ante el «fallo» de los Bancos.

Así, que, como puedes observar, las estadísticas de crédito poca información útil nos dan.

Y los precios en este mundo «realista» tampoco nos dicen mucho de si la economía va bien o va mal. El precio de la vivienda como activo puede subir porque todo va bien o el precio de la vivienda puede subir porque hay inflación, aunque todo vaya mal.

Lo mismo ocurre con las acciones y las bolsas, o, incluso, el Bitcoin, sí, ese que te gusta tanto, si lo aceptas como un activo más —el tema es polémico.

Quizás tú seas de esos que se sorprende cuando sube la bolsa si aumenta la liquidez en los mercados o quizás seas de esos eternos cenizos y pesimistas que siempre ven el vaso medio lleno, el IPC descontrolado, otra crisis financiera al caer, «bearish» por convicción y principios.

Como hemos visto en el caso idílico libertario, la liquidez o el crédito es deflacionaria para los bienes y servicios. La liquidez es un servicio, un servicio financiero o comercial, según se mire y para qué sea esa liquidez, si para comerciar o para invertir. Y ese servicio tiene un precio, el coste financiero cuyo componente fundamental es normalmente el tipo de interés.

Si la liquidez —que es lo mismo que el crédito— se produjese como en el mundo idílico, como el pan o la leche, casi en plena competencia —aparte las subvenciones al sector agrícola-ganadero—, el precio relativo de la liquidez, el interés, disminuiría con el tiempo, como lo hace el precio de los pantalones o las sartenes.

Dicho eso, y habiendo avanzado esto de producir liquidez, es evidente la maraña gubernamental que impide su libre desarrollo y las continuas intervenciones de los gobiernos en la materia, incluso así, la cosa va mejorando, como casi todo. Últimamente el mundo cripto y stablecoins tienen mucho mérito en esto. A trancas y a barrancas, con ciclos de booms-busts, pero hoy se produce más liquidez que hace 100 años y que hace 20 también.

La liquidez supone el aumento de la oferta, de un servicio clave —el crédito— para el comercio y la inversión y, en consecuencia, fundamental para la actividad económica y la producción de toda clase de bienes y servicios. CUANDO LA OFERTA AUMENTA, EL PRECIO BAJA. Habrá quien discuta esto y prefiero darlo por sentado y probado, como que la Tierra es redonda y no plana. En cualquier caso, me remito al caso idílico.

El aumento de la oferta disminuye el peso relativo de los impuestos y, si como es costumbre, los impuestos son excesivos, el aumento de la liquidez y la oferta —o producción de bienes y servicios— lleva la economía al óptimo de la curva de Laffer, ese punto donde se maximiza la recaudación para el gobierno. O mejor dicho, cuando aumenta la oferta —la producción—, el óptimo de Laffer está más alto. El impuesto porcentual puede ser más alto porque la carga fiscal relativa es menor.

Qué dice la Curva de Laffer?

  • Si los impuestos son muy bajos, el gobierno recauda poco porque aplica una tasa pequeña.
  • Si los impuestos son muy altos, también puede recaudar poco, porque:
    • Las personas trabajan menos o evaden impuestos.
    • Se desincentiva la inversión y la producción.
  • Por tanto, hay un punto intermedio donde la recaudación es máxima.

Quién la propuso?

  • Fue popularizada por el economista Arthur Laffer en los años 70.
  • Se volvió influyente durante la presidencia de Ronald Reagan, en el contexto de recortes fiscales.

Es decir, el impuesto que maximiza la recaudación puede ser más alto si aumenta la oferta, sea por la IA o sea porque hay más liquidez.

Porque los aumentos de la producción provocan aumentos de capital y del precio de los activos que generan aumentos de los salarios reales, y con salarios reales mayores se puede recaudar más de donde realmente se recauda casi todo: IRPF, Seguridad Social e Impuestos Especiales al consumo como tabaco, alcohol o electricidad (en caso de que sea para el consumo de hogares).

No digo que sea bueno ni malo, pero la realidad es el 80% de la recaudación viene de impuestos al trabajo, al consumo y al ahorro de las familias (no ricas).

Donde surge la magia que ahora tú comprendes.

Hay una forma súper sencilla, aunque súper difícil, de aumentar el crédito sin aumentar la cantidad de moneda: aumentar la oferta de bienes y servicios.

Es decir, en nuestro mundo «realista» el crédito lo generan los bancos, pero en el mundo idílico los aumentos de oferta generan sus aumentos de demanda vía creación de crédito, aunque no se impriman billetes.

Curva de Laffer explicada por Álvaro Sáez, abogado fiscalista

Porque sí, si los impuestos son 100% sobre el trabajo, nadie trabaja voluntariamente, y no se recauda nada sobre el trabajo. Obviamente, si los impuestos son el 0%, tampoco se recauda nada. El óptimo de recaudación está en un punto intermedio entre el 0% y el 100%, esto explica la Curva de Laffer. Y lo que se discute por los gobiernos —me gustaría— es cuánto es ese % máximo en el que se recauda a tope.

Ese % de impuestos que maximiza el crecimiento de la oferta de bienes y servicios mientras maximiza la recaudación. Seguro que es más de lo que piensas y cuanto más capital acumule la sociedad, mayor serán los impuestos que se pueden imponer al liberar renta disponible para la población general que es la que soporta el 80% de la recaudación real y efectiva.

Siempre puede ser peor, siempre.

Los bancos han cerrado el grifo y han dejado sin liquidez a las empresas y familias. La economía se acerca al abismo.

Una cosa es que parte del crédito privado sea improductivo —crédito fallido— y otra que todo el crédito sea improductivo. Cuando se contrae el crédito en nuestro mundo «realista» no solo se contrae el crédito improductivo, también el productivo, lo que hace caer la oferta y provoca crisis económicas profundas. Crisis económicas profundas que sirven de legitimación a ese crédito improductivo —Ves, mira qué pasa cuándo no damos crédito, te lo dije.

Y parte de ese crédito privado o crédito bancario depende del gasto público, porque el déficit público es lo mismo que un billete: una promesa de pago del Estado.

Un bono es una promesa de pago del Estado a 10 años con una promesa de pago del Estado eterna —nunca llegará el pago—: algo que solo es sostenible, y lo es totalmente, porque el Estado impone coercitivamente esa promesa de pago como moneda de curso legal.

Lo mismo no digo que sea bueno ni malo, digo que es lo que hay.

Es decir, en nuestro mundo «realista» la disminución del déficit público provoca contracciones monetarias deflacionarias y del crédito privado, productivo también.

Así que cuando los economistas serios y responsables dicen que hay que contraer el gasto y la deuda pública para sanear la economía lo que realmente proponen es cortar un pie al paciente para que no se infecte la pierna. Es doloroso y el resultado no es óptimo.

El equilibrio presupuestario tiene sentido con un dinero sano, no con un dinero fiat en el que la oferta depende de la existencia de crédito bancario y el crédito bancario depende de la cantidad de moneda que a su vez depende de la cantidad de promesas de pago que emita el Estado.

Si el Estado obtiene superávit, la Reserva Federal tiene que bajar los tipos e incluso reiniciar el QE para expandir el crédito privado y la masa monetaria. Porque el superávit es una contracción de la masa monetaria.

Qué es exactamente el QE?

Es cuando un banco central crea dinero electrónicamente para comprar activos financieros a gran escala, principalmente:

  • Bonos del gobierno
  • Bonos corporativos
  • Otros valores respaldados por activos

Esto aumenta la liquidez en la economía y reduce las tasas de interés a largo plazo.

Porque eso es un billete de 5 euros, una promesa de pago al infinito —nunca llegará— del Estado. Y ese billete es lo mismo que una letra del tesoro de 5 euros y lo mismo que un crédito a proveedores del Estado de 5 euros. Todo es lo mismo.

Cuando Alemania se plantea un déficit épico, Alemania se dispone a emitir dinero, dinero que emite Alemania y no Francia, España o Italia.

Y esa emisión de dinero no generará riqueza si es fundamentalmente gasto improductivo, militar, por ejemplo.

Bajar impuestos y aumentar el gasto: política de oferta en nuestro mundo «realista».

Si bajamos impuestos, mientras aumenta el endeudamiento público, generaremos un aumento de la oferta de bienes y servicios y una revalorización de los activos productivos, mientras se deprecian los improductivos como el oro ¿y el Bitcoin?

¿Y cómo se puede medir esto? Pues viendo la evolución sostenida del precio del oro.

El oro no sirve para casi nada, por lo que cuando suben los impuestos y cae el déficit, el oro sube. Cuando aparece Internet y los ordenadores personales (1980) y aumenta la oferta y el crédito, el oro baja y sigue bajando porque la economía se acerca de forma natural al óptimo de Laffer y los gobiernos pueden bajar impuestos y los bajan, y pueden aumentar su endeudamiento más (2000), y más liquidez y más oferta, y la noria gira y gira en un círculo virtuoso hasta que a algún ortodoxo se le ocurre subir los impuestos para cuadrar el presupuesto (2007).

La subida de impuestos para cuadrar presupuesto contrae el crédito privado o hace que crezca menos y entramos en una espiral negativa de contracción de la oferta y del crédito privado que nos lleva a nuestros días (2025), el oro en máximos, el crecimiento en mínimos y para mantener precios de los activos le metemos crédito privado a los activos, crédito que es altamente improductivo y las empresas ricas en «cash» empiezan a vender IA por 20 euros / mes cuando el coste de electricidad del usuario son 1000 euros / mes —no sé si los números son correctos, pero se lo he leído a un amigo muy serio.

Y esperamos que la IA genere aumentos de oferta. Con un margen operativo del -5000% la IA no generará aumentos de oferta. La IA está quemando crédito privado a las Mag 7 que no saben qué hacer con él.

¿Quiénes son los Mag 7 en bolsa?

Los “Magnificent Seven” son Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon, Nvidia, Meta Platforms, Tesla.

La oferta, como hemos visto, no se genera con promesas de pago del Estado / billetes porque el Estado no produce nada —«nada» es una hipérbole, el Estado produce mal, o de más o de menos, y siempre muy caro.

La oferta se genera trabajando en las empresas privadas y, en economías avanzadas, ricas, sobre todo ahorrando capital. Bajar los impuestos al capital en un país desarrollado como España, Francia o USA, puede provocar ese primer aumento de oferta que si el crédito crece puede ser la chispa que nos devuelva al buen camino.

Si el Banco Central no favorece el crédito privado, los gobiernos pueden emitir deuda que es lo mismo que billetes, y aumentar la masa monetaria para
favorecer el crédito privado en su país.

O puesto en contexto 2025, si la Reserva Federal baja los tipos, el Tesoro no tiene que endeudarse tanto para mantener a flote el crédito. Porque el crédito bancario se crea con deuda del Tesoro, lo mismo da que la emita la Reserva Federal como masa monetaria que el Tesoro como deuda pública, los billetes y la deuda pública son lo mismo: promesas de pago del Estado.

Desde 2025 y especialmente con la Ley Genius el Tesoro tiene una canal adicional importante para vender la deuda: los stablecoins. El Tesoro te vende a ti su deuda directamente cuando compras la moneda crypto USDC. Con las stablecoins ya es súper evidente que la deuda pública es dinero. Con una tarjeta Mastercard en MetaMask puedes pagar en toda la Unión Europea con USDC.

Es decir, con las stablecoins el dólar ya es moneda de curso legal en la Unión Europea.

¿Y los precios de los activos?

Dado que desde el QE, Quantitative Easing, hizo su aparición en 2009 el crédito bancario ha estado fluyendo de forma descarada a los activos financieros, de forma que se han revalorizado no porque la economía mejoraba, sino porque el crédito fluía hacia ellos de forma forzada.

Si ahora esos activos financieros caen, los bancos quiebran y si quiebran los bancos, con el sistema actual, es el fin del mundo. Mundo «realista».

En consecuencia, el precio de los activos financieros no puede caer y no va a caer. Y dentro de este juego los aranceles USA son un «as» en la manga porque recaen fundamentalmente sobre bienes y activos extranjeros, lo que estimula la oferta interna y el crédito privado interno al reconfigurarse la oferta interna para abastecer el mercado interno. USA tiene esa capacidad.

Es decir, Apple tiene que seguir valiendo 200 euros la acción, pero con un PER de 15 y no de 30 como ahora (23/06/2025).
Y esto es lo que va a ocurrir.

Menos impuestos internos al capital, más aranceles, más déficit público o menores tipos de interés, como prefiera la Reserva Federal. El Tesoro no necesita a la Fed para expandir la masa monetaria, solo tiene que bajar los impuestos y mantener el gasto público.

En resumidas cuentas, se trata de estimular la oferta interna USA para poder volver a la noria positiva, esa que se parece más al mundo idílico.

La Liquidez no es la moneda, ni la masa monetaria.

La liquidez es algo relacionado pero distinto de la moneda.

La liquidez o financiación del comercio y de la inversión no es la moneda circulante. Esta es una confusión frecuente. Y es normal. Con todos mis respetos a la Academia.

La compraventa, según el artículo 1445 del Código Civil (España) es:

«Artículo 1445

Por el contrato de compra y venta uno de los contratantes se obliga a entregar una cosa determinada y el otro a pagar por ella un precio cierto, en dinero o signo que lo represente».

En una compraventa a diferencia de en el trueque o permuta, te pagan con dinero, no con otra cosa que te dan a cambio.

Pero puede haber una compraventa y que no te paguen al entregar la cosa. Artículo 1450 del CC:

«Artículo 1450

La venta se perfeccionará entre comprador y vendedor, y será obligatoria para ambos, si hubieren convenido en la cosa objeto del contrato, y en el precio, aunque ni la una ni el otro se hayan entregado«.

Y tú ya te habrás respondido a— ¿Cómo es posible esto?

—Por el crédito.

Tú puedes vender unas acciones o unos pollos en el mercado y que el comprador no te pague. Vendes a cambio de un derecho de crédito.

Cuando tú das crédito a tu cliente, tú das un servicio de liquidez a tu cliente. Esto tiene un riesgo: que tu cliente no te pague.

Por este motivo aparecen empresas y personas especializadas en dar crédito, en facilitar liquidez; por ejemplo: los bancos.

—A los clientes de SAEZ.LAW los bancos nunca han ofrecido crédito competitivo para recurrir contra Hacienda. Estamos valorando opciones de crédito extrabancario, pero nadie está deseando prestar dinero al que se lo debe Hacienda. No estamos entre los afortunados del QE, ni de lejos nos acercamos a las Mag 7. Hay muchas empresas que prestan servicios reales, PYMES, como los de abogados fiscalistas, que no tienen acceso al crédito para su actividad.

Hay quien dice que al dar crédito se crea liquidez y es cierto. También quizás tú pienses que al dar crédito estás creando moneda, ahí te equivocas. Ahora estamos en el mundo idílico libertario.

La Academia y las personas que han trabajado en Finanzas dirán que esto no es así, pero esto no es así en el mundo «realista».

Al dar crédito la cantidad de moneda no aumenta. Lo que aumenta es el riesgo de insolvencia del acreedor si no gestiona bien la prestación de ese servicio de crédito —como en la producción de cualquier bien o servicio. NO es lo mismo moneda que servicio de liquidez.

Pero como en el mundo «realista» el servicio de liquidez lo suelen prestar los bancos y estos suelen devenir insolventes cada cierto tiempo ante una ola generalizada de créditos fallidos/impagados, el banco central emite moneda (billetes o promesas de pago del Estado) para rescatarlos. Por este motivo, el aumento de la liquidez aumenta el riesgo de que el banco central emita moneda y puede generar expectativas inflacionarias que provoquen inflación al anticipar las personas esa inflación a los precios presentes.

El mercado descuenta expectativas, pero esas expectativas se pueden cumplir o no. El mercado no es adivino.

Hay formas de crear liquidez que no implican crear moneda fiat y no son inflacionarias. Las buenas son de mercado, como la famosa letra de cambio o los cheques en el comercio, las malas están publicadas en la página web del banco central. También son ocurrencias del Tesoro. Mira, emitimos casi todo en deuda a corto plazo y obligamos a los fondos de pensiones a comprar deuda a largo para que baje el interés a largo y, así, forzamos un aumento de la liquidez durante un tiempo, y la inflación no se mueve. Maravilloso, pero demasiado bueno para ser verdad. Spoiler: en el largo plazo esta prácticas del Tesoro sí aumentan la inflación.

Y estas formas buenas de crédito, crédito comercial —o bancario vinculado al comercio real—, derivan de aumentos de la oferta. Cuanta más oferta, y más rápido crece, más necesario es recurrir al crédito privado ante la escasez de moneda que si escasea mucho durante mucho tiempo se puede fraccionar. ¿Te imaginas crear el milésimo de euro porque hay cosas tan baratas para comprar que hace falta crearlo? Bendita escasez, significa que con el mismo sueldo te cunde más y, además, te lo suben porque la productividad de la economía ha aumentado.

El aumento de moneda sí aumenta la liquidez.

«Por mucho madrugar no amanece más temprano», pero para ver el amanecer hay que madrugar.

Puede aumentar la liquidez y no aumentar la cantidad de moneda, no haber inflación (mundo idílico), pero si aumenta la moneda fiat —y los bancos dan más crédito privado— sí aumenta la liquidez.

La moneda fiat es una promesa de pago del Estado. No tiene ningún coste emitirla, ya que el Estado no produce nada para obtenerla, al Estado le sale gratis.

Sí, sumas al aumento de la M1 de la zona euro el aumento del endeudamiento público de la zona euro para estimar el crecimiento de la moneda (es una buena aproximación). Te vas a encontrar momentos en los que la M1 desciende mientras el endeudamiento público crece y concluirás que la M1 no sirve para nada, pero fíjate en el crecimiento del endeudamiento público y lo entenderás.

Compara este % de aumento, con el % de aumento del precio de cualquier activo durante ese período para saber si se ha revalorizado o no realmente.

Así se puede medir la inflación. Esto tiene sus sesgos y no es perfecto, pero si tienes una opción mejor déjala en comentarios.

¿Y cómo sabemos cómo va la calidad del crédito privado?

Aquí tengo que agradecer a Daniel Baeza que haya compartido su visión. Lo que yo he entendio —que me corrija Daniel si no es así— es que:

  • Si el DXY baja, es decir, el dólar baja respecto a una cesta de monedas, el mercado apuesta porque bajará el riesgo de crédito privado fallido internacional.
  • Si el MOVE baja, bajará el riesgo de crédito privado interno USA.

Este enfoque me parece increíblemente inteligente. Porque en teoría el mercado ya está descontando el efecto inflacionario de apoyo a los bancos privados, USA e internacionales.

El contra: hablamos de expectativa de mercado, no de adivinación del futuro. Es decir, si como el 24/06/2025 ves un DXY por debajo de 100 y un MOVE por debajo de 100, sabes que el mercado no espera una crisis financiera. Al menos a 24/06/2025.

Ahora vamos con el oro.

El oro y los impuestos

Como ya he contado, yo llego al oro a través de los impuestos. Cuando suben los impuestos globales, se contrae la oferta y el oro sube. Así de sencillo.

El oro es un bien que se revalúa con el crecimiento de la moneda, como cualquier activo, pero, por su naturaleza milenaria de reserva de valor, se devalúa con el aumento de la oferta productiva.

Cuanto más capital productivo hay, menos vale el oro en relación con el capital productivo y menos interesante es el oro como inversión. Por tanto, el valor relativo del oro es una buena medida del capital productivo global y de si la oferta global está creciendo o no.

Así, para saber cómo va la oferta global compara la subida del precio del oro en euros con el crecimiento de la moneda euro (calculado como M1 + Δ endeudamiento), si la subida del precio del oro en euros es mayor que el crecimiento de la moneda euro, el mercado espera que la oferta caiga. Una vez más expectativas de mercado, no adivinación.

Entonces, algún genio en algún momento de cualquier crisis económica dice —si aumentamos la moneda, aumentamos la liquidez y aumentamos la oferta de bienes y servicios y, de paso, el empleo y los salarios.

Pues salvo que los salarios y el trabajo estén regulados, como están, la inflación no genera aumentos de la oferta más allá de unos pocos días. La creación de moneda funciona porque hace saltar por los aires el salario mínimo —y el resto de salarios y precios mínimos regulados— y degrada las pensiones y subsidios públicos, forzando a la población a trabajar más. Electoralmente queda mejor degradar moneda que bajar salario mínimo y aumentar la jornada máxima, lo reconozco, pero el efecto económico a corto plazo es similar. A largo ahora te explico que no es igual.

¿Y no será mejor crear liquidez de forma privada, solvente y sostenible? Es decir, aumentando la oferta y el comercio— Una idea que dejo caer. Porque la oferta crea su propia demanda al aumentar el crédito comercial ante la escasez de moneda.

Además, tiene un efecto temporal esa oferta adicional derivada de la degradación de salarios y de la creación de liquidez que supone emitir moneda.

Así te explico por qué es temporal esta liquidez: Los trabajadores se dan cuenta de que les están dando «duros a cuatro pesetas» y se revuelven, lógico, y los ahorradores exigen más interés —puedes prohibir pagar intereses por depósitos y los desorientas durante unos años— o directamente ante la falta de incentivos dejan de ahorrar, al final será un poco de cada cosa. Todo esto en el medio plazo lleva a la reducción de la oferta, aumento de precios y vuelta a la casilla de salida.

Las crisis económicas siempre son de oferta, nunca de demanda. El problema no es que caiga la bolsa es que después de caer la bolsa cae el crédito privado y la producción de bienes y servicios, aumenta el desempleo, más cae la producción y así…

Por otro lado, decirte que se recaudan más impuestos porque aumenta la oferta, no porque aumente la demanda. Si cae la oferta y, además, aumenta la demanda u oferta monetaria, la recaudación de impuestos se desploma al aumentar el peso relativo de los impuestos. Me explico.

La degradación monetaria hace que todas la viviendas suban de precio, aunque realmente todas valgan menos por la contracción del sector privado, lo que significa ganancias patrimoniales elevadas en caso de venta que suponen —sobre el papel— aumentos de impuestos si vendes. Solución: no vendes. O vendes en dinero privado, ahora le llaman dinero B, cash, dinero en efectivo, criptomonedas, oro y plata.

Otra opción. Si ni tú ni nadie vende su vivienda, el mercado de la vivienda se queda sin liquidez, aunque haya mucha oferta monetaria. La vivienda no está en manos de quien le puede sacar más provecho y la oferta global cae.

Porque la liquidez no es la moneda, son cosas distintas. La liquidez es el crédito. Menos crédito es menos oferta, y menos oferta es menos crédito privado, una economía en crisis, paro, desempleo y quiebras por doquier.

En este entorno, el máximo de recaudación cae, y la recaudación de impuestos colapsa. No se recaudan impuestos.

La solución para el sistema ya te la he dado: servicios de liquidez privados. Mercados de capitales libres y libertad para fijar la forma de pago en el comercio, esta libertad se encuentra limitada, muy limitada.

Las cryptomonedas con las stablecoins a la cabeza con muy prometedoras en este sentido.

Pero a ti no me corresponde este tipo de decisiones, así lo que hay es lo que hay. Mundo «realista». Adáptate. ¿Cómo? A continuación…

Invertir macro desde los impuestos.

Como trabajador tu margen de actuación es nulo. Como autónomo mínimo. Como empresa puedes hacer cositas, otro día te las cuento. Donde tienes mucho margen de maniobra es como inversor. Que no inviertes, pues lo siento por ti. Si ayer no invertiste, hoy es el siguiente mejor día para hacerlo.

Hay muchas formas de invertir tu dinero, desde crear un negocio a comprar una vivienda, comprar acciones, metales preciosos o bonos del tesoro.

A mí la forma de invertir que me gusta es desde las señales macro que nos dan los impuestos. Porque sí, la realidad pivota del mundo idílico libertario al «mundo realista» y las tendencias no cambian de repente una mañana, se ven venir y se ven irse.

Ya hace más de un año, este enfoque nos permitió predecir y compartir públicamente la espectacular subida del oro en el último año, viniendo ya de máximos históricos, por lo que la probabilidad estadística de subida 2024-2025 era baja. «Los impuestos y el oro: enemigos íntimos»«Historia del oro y los impuestos»«INVIERTE EN ORO FÍSICO. HACER LAS COSAS BIEN CON HACIENDA».

Historia del oro y los impeustos

La recaudación de impuestos es pública. Si la recaudación de impuestos está empezando a aumentar y se prevé que siga aumentando, puede ser buen momento macro para invertir. Si la recaudación de impuestos empieza a caer y se prevé que siga cayendo, es momento de bajarse.

Y la clave es si el aumento de recaudación es real o nominal. Y esto se ve muy bien, porque cuando el aumento de recaudación es nominal no da para el gasto y se incurre en déficit público. Déficit público que es emisión de más moneda o promesas de pago y genera más inflación en un espiral hiperinflacionaria y depredadora para el contribuyente en lo fiscal.

Es decir, el déficit público tampoco es una medida de la economía. El déficit puede ser bueno si se han bajado impuestos —especialmente si aumenta la redaudación— porque en nuestro mundo «realista» o de moneda fiat, el deficit público es emisión de moneda y, en consecuencia, aumento de impuestos vía aumento de bases imponibles que si va acompañado de aumentos de oferta —producción de bienes y servicios— nos hacer al óptimo de la Curva de Laffer.

La clave aquí es entender que en el mundo fiat el bono del Tesoro americano es un billete con fecha de caducidad a 10 años, pero es un billete, igual que los que guardas en tu cartera.

Estoy hoy (2025) se ve clarísimo con el USDC, y especialmente desde la Ley Genius que obliga a emisores de stablecoins a comprar deuda pública americana.

En consecuencia, el Estado, si se endeuda, se está financiando a la vez. Porque la deuda del Estado es la moneda en la que se fijan todos los precios de la economía del Estado y esos precios son las bases imponibles de los impuestos sobre las que se aplica el % o tipo. Si el Estado se endeuda, está aumentando las bases imponibles de los impuestos del Estado.

Ronald Reagan bajó impuestos para aumentar la recaudación

Curiosamente, en nuestro mundo una bajada de impuestos puede aumentar la recaudación, porque aumenta la oferta o producción del sector privado mientras aumenta las bases imponibles. ¿Recuerdas Ronald Reagan? Pues Donald Trump pretende hacer lo mismo. No es magia, es como funciona nuestro sistema.

Siempre habrá inversiones que vayan bien cuando todo va mal y viceversa, como el oro que sube cuando se prevé que la recaudación de impuestos empiece a caer en términos reales. En nominales la recaudación siempre sube, salvo crisis profundas de oferta sin degradación monetaria: una crisis financiera en la que no se rescata a los bancos, una guerra, una pandemia en la que no aumenta la masa monetaria —no fue el caso en 2020.

El oro es dinero, aunque legalmente no lo sea, por este motivo cuando la liquidez escasea el oro vale más, cuando la oferta cae, el oro sube. El oro no sube en términos relativos a otras inversiones porque haya inflación monetaria —la inflación afecta a todos los activos, bienes y servicios—, el oro brilla cuando la oferta de activos, bienes y servicios cae, o el mercado espera que caiga. Expectativa de mercado no es adivinación.

Obviamente el precio del oro lo fija el mercado, las emociones de millones de personas, y esa media de emociones es lo que determina el precio del oro, nada más, pero los impuestos nos dan una pista muy fiable de cómo va a evolucionar el precio del oro más allá de mañana, esta semana o este mes.

Si el comercio tiene liquidez, esto afectará a la oferta de bienes y servicios, y a los beneficios empresariales. Aumentarán. Los beneficios empresariales determinan a la larga el valor relativo de las acciones cotizadas en bolsa respecto del resto de bienes de la economía.

Si la inversión en las acciones de las Magnificient 7 tiene liquidez, Apple, Microsoft, Amazon, Alphabet, Meta, Nvidia, and Tesla tendrán buena financiación, podrán invertir bien y fácil, y potencialmente podrán obtener magníficos beneficios en el futuro que justifiquen sus PER elevados. Es la pescadilla que se muerde la cola.

Los impuestos indirectos a las ventas, como el IVA o los aranceles, también en España AJDyTPO, restan liquidez al comercio y la inversión inmobiliaria, es obvio. Pero como explicamos, los aranceles USA pueden favorecer el comercio interno a expensas del comercio con el exterior: Aranceles USA e inversión: una visión desde los impuestos.

Todo depende de si se genera liquidez interna que aumente la oferta interna. Por este motivo, la Fed, baje o no baje los tipos, emita o no emita moneda, la liquidez en USA va a aumentar. Ya han encontrado la fórmula, aunque de cara a la galería parezca que son unos tipos duros de roer. Vigila la recaudación de impuestos, así de fácil y sabrás cómo va la cosa.

Y por si no te ha quedado claro, cuanta más liquidez hay, menores son los tipos de interés, cuanta más moneda hay, mayores son los tipos de interés. Porque aunque la emisión de billetes aumenta la liquidez lo hace en menor medida y de forma temporal, por lo que, mientras que aumentos privados de la liquidez disminuyen el tipo de interés, los aumentos de moneda siempre acaban aumentando los intereses, salvo que haya un aumento privado de liquidez que lo compense.

Un aumento privado de liquidez es espontáneo, voluntario, solvente y sostenible —como el crédito comercial del mundo idílico—, y derivado la innovación y mejora tecnológica en la prestación del servicio de liquidez, o derivado del simple aumento de la oferta mientras la moneda permanece estable. Nunca viene del banco central ni del gobierno. Igual sí viene de las criptomonedas. Ahí lo dejo.

La deuda pública, los impuestos y el gasto público.

Si el déficit público fuese tan malo y tan insostenible, no crecería tanto la deuda pública. El déficit público es autosostenible hasta el infinito, y en el infinito se genera inflación infinita e impuestos infinitos del 100%.

El gasto público no genera inflación de por sí, salvo que se imprima moneda para financiarlo. Pero el gasto público sí que puede generar inflación por «crowding out» al disminuir la oferta total en el mercado al dañar al sector privado.

El gasto público no afecta de por sí a la moneda, pero el gasto público sí puede aumentar la liquidez en la medida que los derechos de crédito públicos son fácilmente usables como garantía para obtener financiación. Ya hemos explicado que nuestra moneda es un crédito público o promesa de pago del Estado.

Los impuestos no generan deflación monetaria*, destrucción de moneda en el mercado, salvo que se produzca atesoramiento de moneda/superávit presupuestario por los gobiernos —ciencia ficción en 2025, el dinero le dura al gobierno lo que dura un caramelo a la puerta de un colegio.

*Si generan «crowding out» y reducción de la oferta del sector privado.

Los impuestos sí generan disminuciones de la oferta de bienes y servicios / liquidez / crédito privado en el mercado. Los impuestos son pagos de las familias y empresas al gobierno.

Por tanto, no haciendo marranadas con la moneda, si el gasto aumenta la liquidez y el impuesto la disminuye, el efecto neto fiscal en la liquidez del gobierno es positivo si hay déficit público y el gobierno emite deuda, cuanta más deuda tenga el gobierno, más liquidez hay en el mercado. ¿Y a más liquidez, menor tipo de interés? — Depende de si la liquidez aumenta solo por el aumento de la masa monetaria o también deriva de aumentos de la oferta de bienes y servicios.

Además, para redondear y cerrar cabos sueltos, ese déficit público puede ir acompañado de una disminución del gasto público en menor medida que la reducción de impuestos, aumentando el crecimiento de la liquidez y oferta —segunda derivada— y reduciendo así el efecto crowding out debido al menor gasto que conllevará mayor crecimiento de la oferta futura, producción futura. Esto lo hizo Reagan y lo está intentando hacer Trump. Todo fantástico para la recaudación de impuestos y llevar la economía al óptimo de la curva de Laffer. No por casualidad Laffer asesoró a Reagan. Por cierto, Arthur Laffer (1940) sigue vivo (2025).

Otra cosa es si esa liquidez acaba en China mejorando la oferta y producción chinas, o en tu país. Este es el dilema que tiene EEUU y parece que la solución que han encontrado pasa por la actual guerra arancelaria, sea o no el arancel el objetivo final. EEUU quiere la liquidez y el aumento de producción para EEUU, no para China. Es lo que hay.

Mis opiniones son mías, pero para la redacción de este artículo me he inspirado recientemente en:

Mis agradecimientos a todos ellos. Y a ver si se animan a poner un abogado fiscalista en su vida.

Vídeo sobre lo que el crédito, la inflación y los impuestos tienen que ver contigo (y con Bitcoin) y todo lo que necesitas saber.

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