Escuchar “Resistiré” a las ocho de la tarde mientras todos salimos a nuestras ventanas a aplaudir se ha convertido en una especie de rito representativo de este confinamiento que estamos viviendo.
Ese aplauso de las ocho, honra y reconoce el trabajo de los sanitarios que en una época de crisis como la que vivimos se ha vuelto no solo esencial sino también heroico por los riesgos que corren estos profesionales.
Si nos paramos a ver las noticias, en televisión o en Redes Sociales, no hay día en el que no se cuente algún tipo de anécdota o reivindicación relacionada con esos aplausos.
Ya se quiso aplaudir por Amancio Ortega el día de su cumpleaños una hora después del aplauso sanitario —el 7 de abril— por su labor logística y su generosidad. De hecho, en su casa en el paseo de Parrote, miembros del 061, Cruz Roja y Protección Civil agradecieron «in situ» el apoyo del dueño de Inditex en la lucha contra el coronavirus.
Días antes —el 28 de marzo— también se promovió un aplauso por todos los niños de España a las 18.00 en los balcones porque «se merecen esto y mucho más» tal y como decía su convocatoria.

¿Qué vas a encontrar en este post?
✍️ Hoy es el turno de los asesores fiscales.
Mi propuesta es la de aplaudir por los asesores a las 19.00 de la tarde y con ese aplauso se les reconozca de alguna forma su labor.
Los asesores fiscales, los gestores administrativos y los economistas no han parado, no se han quedado sin trabajo ni de brazos cruzados. Por el contrario, son uno de los sectores que más y más duro está trabajando en este último mes.
¡Y en presencial! Jugándose su salud y su vida, recogiendo papeles de sus clientes, entregando papeles a sus clientes, respondiendo las llamadas de sus clientes todos los días desde sus oficinas donde tienen los programas de impuestos y de contabilidad. Oficinas a las que está yendo a trabajar todo el equipo con el riesgo que conlleva.
Su trabajo, en el que pocos se han parado a pensar, es esencial. Sin ellos todo ese papeleo que tantos dolores de cabeza nos dan al común de los mortales no podría salir adelante y eso hoy es esencial.
Y no hablo solo de presentar la declaración de la RENTA o el IVA —que también—, hablo de todas esas empresas que han recurrido al ERTE como única medida posible de supervivencia y han tenido que pedir ayuda a su asesor fiscal, su gestor administrativo o su economista de cabecera.
Hablo de esas medidas y decretos de última hora del domingo del Gobierno que en ocasiones pocos entienden y que necesitan la aclaración de un profesional. No es una cuestión única de tomar decisiones y lanzarlas, luego deben llevarse a la práctica y saber lo que uno está haciendo y las consecuencias que suponen.
Hablo de las preguntas en torno a las demoras hipotecarias, a qué pasa con los alquileres de los autónomos o a cómo solicitar los aplazamientos de los gastos fijos.
También hablo del asesoramiento correcto en tiempos de crisis. Un asesor fiscal no deja de ser un hombro en el que llorar para muchos empresarios y autónomos.

➡️ En este momento, esos clientes, necesitan ayuda y consejo, sobre todo cuando asustados llaman a su asesor de toda la vida para ver qué pueden hacer para paliar en algo, la terrible situación en la que se encuentran inmersos.
Hace unos días hablaba con varios de los asesores que me recomiendan y me han convertido en el Abogado de Impuestos de éxito que soy, y muchos me comentaban que estaban trabajando más que nunca y que de hecho alguno de ellos lo había estado haciendo en esos días de vacaciones de Semana Santa porque realmente no les daban las horas del día para hacer frente a la avalancha de peticiones que estaban recibiendo.
Y la complejidad de su tarea no termina aquí, a la cantidad abrumadora de trabajo, hay que sumarle el tener que hacerlo en parte desde casa. Si ya antes era difícil que muchas veces lo clientes hicieran llegar sus facturas en tiempo y forma, hacerlo ahora online por la implantación del teletrabajo es directamente de locos.
Yo, como abogado fiscal, siempre rodeado de números y papeles, veo en mi día a día la dificultad de este modo de trabajo, más todavía cuando nos pilló a todos desprevenidos, con nuestros ordenadores «caseros» y poco equipo en casa para respaldar y hacer efectivo ese trabajo.
No quiero ni imaginarme lo que supone todo eso para una asesoría y para las personas que están al frente de ellas.
➡️ El estudio también se ha vuelto primordial y necesario, aunque el tiempo para hacerlo brille por su ausencia. Los asesores tienen que analizar todas las medidas que está aprobando el Gobierno para hacer frente al coronavirus porque al igual que para los empresarios, autónomos y trabajadores son nuevas para ellos.
Hace unas semanas cuando el Estado de Alarma se agravó y solo se permitieron seguir adelante a aquellas actividades esenciales, las asesorías se consideraron como tales. Alguien tenía que hacer frente a parte del caos reinante y desde luego ningún asesor fiscal de los que conozco y con los que trabajo —que no son pocos— se echó atrás o cerró sus puertas por miedo.
Todos han estado y están ahí, dando la cara, ayudando y aconsejando con lo que tienen y con lo que saben, y repito ¡jugándose la vida! Ofreciendo su trabajo como pocos y haciendo frente por el bien común. Apoyando y acompañando.
Es obvio el papel fundamental que desarrollan diferentes sectores de la sociedad en esta pandemia del COVID 19, el sector sanitario, el de la limpieza, los transportistas, los agricultores y otros muchos no debe dejarse a un lado. Sus aplausos son más que merecidos.
Pero creo que entre ellos también deben estar los asesores fiscales y yo por mi parte esta tarde y hasta el 20 de mayo a las 19.00 voy a salir a aplaudir por ellos, por los asesores.
Tenéis toda mi admiración.
Álvaro Sáez
Abogado Fiscalista