La (verdadera) presión fiscal en España: lo que no se ve en el BOE… y cómo proteger tu patrimonio.

Álvaro Sáez hablando sobre presión fiscal en España

Reflexiones tras la entrevista-podcast que me hicieron en Zona Norte Podcast.

“Si tú pones los impuestos en el 0 %, recaudas 0 %. Pero si los pones en el 100 %, también recaudas cero”.

Esa frase, pronunciada casi al principio de la entrevista-podcast que me grabaron hace unos días, se ha quedado resonando en la cabeza de muchos oyentes. Me han escrito emprendedores, autónomos y directivos que jamás habían oído hablar de la Curva de Laffer y, sin embargo, entendieron al instante la idea central: la presión fiscal no puede medirse solo en términos morales (“es mucho” o “es poco”), sino en términos de eficacia recaudatoria y de salud económica.

En estas líneas —algo más de mil ochocientas palabras, así que aviso de que viene texto abundante— recojo y comento, con literalidad en muchos pasajes, lo que charlamos sobre impuestos, pequeñas y medianas empresas, estrategia patrimonial y, en definitiva, libertad financiera dentro de la ley.

Post escrito tras la entrevista completa disponible en YouTube (duración 1 h 8 min). Todas las citas literales marcadas en cursiva o entre comillas pertenecen al vídeo publicado el 11 de mayo de 2025.

¿Por qué volvemos a hablar de impuestos?

Entrevistador (Zona Norte Podcast): “Hoy tenemos un tema, por lo menos yo diría, interesante. Creo que a todos nos atañe el tema impuestos y el tema abogacía”.
Álvaro Sáez (yo mismo): “En SAEZ.LAW lo que hacemos son recursos contra Hacienda… es la fase más reactiva cuando te investigan, y después también hay que garantizar que no se le obliga al contribuyente a pagar más impuestos de los que la norma le exige”.

La entrevista nació como un simple “episodio sobre fiscalidad” dentro de un podcast 360º. Terminó convertida en una lectura política sobre recaudación, en una clase práctica de derecho tributario y en un taller de planificación para pymes. Esa combinación explica el interés posterior: pocas veces se ponen en la misma mesa la teoría de la hacienda pública y la casuística diaria del pequeño empresario.

La Curva de Laffer —contada sin pizarra.

Si tú pones los impuestos en el 0 %, recaudas 0 %. Pero si estableces los impuestos en el 100 %, también recaudas cero. Porque si le dices a una persona que le vas a quitar el 100 % de su sueldo, lo que va a hacer es no ir a trabajar”.

Con esa imagen basta para entender el concepto. Entre ambos extremos existe un punto intermedio de máxima recaudación. Nadie puede dibujarlo con exactitud en una hoja de cálculo universal, porque cada país posee un “óptimo” distinto: estructura salarial, capital per cápita, productividad sectorial, pirámide demográfica, cultura de cumplimiento, etc.

Comparar España con Andorra, repito lo que dije en el podcast, carece de sentido:

Andorra es un país muy diferente de España; no tiene mar, está rodeado de dos estados grandes… ¿Cómo atraes actividad? ¿Cómo atraes capital? ¿Cómo atraes personas? Sus necesidades de gasto son radicalmente distintas”.

Por eso, antes de gritar que “los impuestos son altísimos” o “están tirados”, conviene hacerse dos preguntas frías:

  1. ¿Estamos ya por encima del pico recaudatorio?
  2. ¿El tipo legal se acompasa a la realidad económica (inflación, demografía, digitalización)?

El impuesto invisible: la inflación.

Durante la pandemia y la salida inflacionaria de 2021-2023 se vio claro:

Si la tonelada de harina pasa de 100 € a 200 €, el IVA que se paga es el doble, aunque el tipo siga en el 21 %”.

La subida de precios —cuando no se deflactan los tipos ni los tramos— funciona como un incremento silencioso. Se multiplica la base imponible y el Estado recauda más sin tocar el BOE. Vale para IVA, para IRPF (al no actualizarse los mínimos) y para plusvalías inmobiliarias y bursátiles:

Si compraste una vivienda en 2015 y la vendes ahora, parte de la ganancia no es real valor creado, sino inflación; aun así tributas como si fuera riqueza nueva”.

¿Quién soporta realmente la carga?

Las cifras agregadas son tozudas: alrededor del 75 % de la recaudación proviene de IRPF sobre rentas del trabajo, cotizaciones a la Seguridad Social e IVA. Esto no es casual:

Las rentas del trabajo aguantan impuestos más altos que el capital. El capital se puede mover con facilidad; la persona tiene fricciones: idioma, familia, raíces”.

De ahí que grandes corporaciones consigan facturas efectivas de Sociedades cercanas al 8 % mientras la pyme clásica paga el 25 %. O que Amazon valore instalar su centro europeo en Irlanda para ahorrarse un 15 % nominal. No es “injusticia divina”, es la pura elasticidad de los factores.

Los políticos, además, juegan con otra variable:

Cuanto más recaudes, más capacidad tienes de gasto y, no solo eso, más capacidad de endeudamiento para financiar todavía más gasto”.

Por tanto, su incentivo natural es recaudar, siempre que el enfado social no reviente las urnas.

Las pymes ante el tablero fiscal.

5.1. El suelo que pisa una pequeña empresa

Entrevistador: “Una pyme, ¿qué elementos legales tiene para eludir un poco estos impuestos tan abusivos?”
Respuesta (resumo): cada caso es distinto y cualquier “vía” deja de funcionar en cuanto la usa todo el mundo.

Ese matiz es crucial. Aun así, durante la charla expuse cuatro palancas recurrentes que siguen vivas (aunque bajo lupa):

  1. Reserva de nivelación y capitalización: difiere hasta un 10 % de la base del Impuesto sobre Sociedades para ejercicios futuros.
  2. Régimen FEAC (fusiones y canje de valores): utilísimo para reinvertir dividendos dentro de un mismo grupo sin pasar por IRPF, pero cada vez más fiscalizado.
  3. Pactos sucesorios gallegos (“pacto de mejora”): permiten adelantar herencias con prácticamente cero tributación si se respetan los cinco años de permanencia tras la transmisión.
  4. Holding desde el día 1: la joya de la corona, de la que hablaré enseguida.

5.2. Subir el SMI o un impuesto sectorial: ¿quién lo paga?

Cuando sube la cuota empresarial, la mayor compañía repercute el sobrecoste al precio final o estruja al proveedor débil:

Hay un eslabón más fuerte en cada cadena; ese no será quien soporte la mayor parte del impuesto”.

De nuevo, la pyme fragmentada es la que menos cintura tiene.

Holding: diseñar la escalera antes de necesitarla.

Yo a día de hoy le recomendaría a cualquier persona que quiera crear un holding que lo cree el primer día que cree la empresa”.

Un holding no es otra cosa que una sociedad matriz que posee las participaciones de tus operativas. ¿Por qué interesa?

  • Dividendos: exentos al 95 % (antes 100 %) al circular sociedad-a-sociedad.
  • Plusvalías por venta: también exentas al 95 % si vendes la operativa desde la matriz.
  • Reinversión: capitalizas sin peaje personal y puedes abrir filiales para nuevos negocios.
  • Protección patrimonial: separas riesgos; demandas o deudas de la operativa no contaminan la tenedora.

¿Cuándo compensa?

Proyectos de alto crecimiento (start-ups tech, e-commerce que aspira a exit, empresas familiares que saben que venderán o cederán participación). El coste de mantener dos contabilidades ronda los 10 000 € anuales, pero la factura fiscal ahorrada en una venta de 3-4 M € es un múltiplo enorme.

No hay un umbral fijo; depende de lo que crees que vas a llegar a ganar”.

Quien monta hoy un SaaS con IA debe plantearse la estructura desde el minuto cero.

Ejemplo práctico: pacto sucesorio gallego.

Lo relaté con detalle porque ilustra el ciclo de vida de los “trucos legales”:

  1. El pacto sirve para transmitir un inmueble al hijo con tributación de Sucesiones (exenta hasta 1 M €) y sin IRPF para el progenitor.
  2. Muchos lo usan para “actualizar” el valor, vendiendo luego el hijo sin plusvalía.
  3. Hacienda detecta el patrón y cambia la regla: si vendes antes de 5 años, tributas.

Era un desmadre… se lo pasaba al hijo, el hijo actualizaba el valor y devolvía el dinero al padre. Ahora hay que esperar”.

Moraleja: la ventana de oportunidad tiende a cerrarse.

Capital vs. trabajo: la geografía importa.

“El salario mínimo sube un 50 % y, de rebote, la recaudación de la Seguridad Social sube un 25 %”.
Los ajustes legales, por bienintencionados, pueden expulsar al pequeño competidor:

Una gran cadena como McDonald’s puede absorber ese coste; la pizzería local no”.

En paralelo, los impuestos sobre patrimonio impulsan rutas de inversión que saltan por Luxemburgo u Holanda:

Pones un Impuesto sobre el Patrimonio y el capital o huye o viene a través de otros países. Luxemburgo y Holanda se benefician de los empleos y de la recaudación que aquí perdemos”.

España, recordemos, es de los pocos países de la OCDE que mantiene Patrimonio.

Competencia fiscal global (y la paradoja del 15 %).

El acuerdo OCDE del “15 % mínimo” se vende como un umbral, pero Trump ya amagó con bajar por debajo si vuelve a la Casa Blanca:

El óptimo para Impuesto sobre Sociedades probablemente esté por debajo del 15 %”.

Si EE. UU. se desmarca, muchos estados regresarían a la carrera hacia abajo. La fiscalidad es, en el fondo, una carrera espacial, dije en Zona Norte Podcast, citando esa metáfora: cada innovación genera una contramedida regulatoria.

Transmisión generacional sin sustos (check-list).

Copio aquí lo esencial, porque varias familias empresarias me lo han pedido literal:

  1. Actividad real en la sociedad (no mera cartera de inmuebles).
  2. Participación familiar suficiente (≥ 5 % individual o ≥ 20 % conjunta).
  3. Funciones directivas retribuidas: “Que el hijo que vaya a heredar trabaje en la empresa y cobre un sueldo”.
  4. Órgano de administración: mejor si el heredero es consejero o administrador solidario.
  5. > 50 % de la renta personal proveniente de ese cargo directivo.

Cumplir esos requisitos hoy es la llave de la reducción del 95 % en Sucesiones y de la exención en Patrimonio. Incumplir cualquiera puede costar cientos de miles de euros en la herencia.

Ahorro fiscal vs. valores personales.

Hubo un momento casi filosófico:

Una persona que trabaja, ahorra y cuida de los demás, empezando por su familia y sus clientes, tiene la mayor palanca de ahorro fiscal”.
Lo malo de esa estrategia es que depende de ti, no de mí”.

En el despacho lo vemos a diario: el mejor plan fiscal fracasa si el patrón de ahorro y reinversión se rompe por falta de disciplina. La ley da opciones, pero el hábito financiero las hace sostenibles.

¿Y ahora qué? Tres compromisos prácticos.

  1. Mirar tus cuentas con gafas inflacionarias.
    Si tu beneficio sube un 10 % nominal pero la cesta de la compra sube un 12 %, no estás “mejor”; estás en negativo y pagarás más Sociedades.
  2. Plantear la estructura holding si tu negocio puede multiplicar x5 en cinco años.
  3. Revisar ya el protocolo familiar: cargos, nóminas, participación y libro de socios.

Defiéndete de Hacienda.

Los que nos dedicamos a esto sabemos que es una competición intelectual continua. No se trata de que tú te ahorres impuestos, sino de que te los ahorres más que tu competencia”.

La fiscalidad española no es un muro insalvable. Exige estudio, anticipación y —permíteme la franqueza— algo de audacia legal. Si:

  • te han notificado una inspección o un requerimiento,
  • estás pensando en vender tu empresa o en levantar capital,
  • quieres dormir tranquilo sabiendo que pagas “lo justo y nada más”,

habla con nosotros. En SAEZ.LAW llevamos más de dos décadas defendiendo y planificando los derechos del contribuyente.

Porque, parafraseando de nuevo aquella frase que abrió el podcast, “el punto óptimo está siempre entre el 0 % y el 100 %, pero sólo lo acierta quien hace sus deberes antes de que Hacienda llame a la puerta”.

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