La defensa frente a Hacienda: las claves con Pilar Paredes

La defensa frente a Hacienda

Reflexiones, consejos y ejemplos accionables tras la charla de Claves del Éxito que tuve con la consultora Pilar Paredes. Estructura tu defensa frente a Hacienda.

Recopilamos todo lo que se habló sobre IVA, IRPF, sociedades, cash‑flow y expatriación.

Reflexiones tras la entrevista-podcast con Pilar Paredes.

El disparo de salida: ¿por qué seguimos hablando de impuestos?

Pilar: «Hoy muy atentos porque vamos a aprender de todo para librarnos de ese demonio al que todos los emprendedores le tienen mucho miedo que es Hacienda».

Esa frase abrió el episodio y resume el pulso emocional que late detrás de cada factura y cada trimestre de IVA.

Los autónomos crecen entre campañas: «En julio es el IVA, en abril, el IVA… la renta en junio» . Esa cadencia convierte la tesorería en un examen continuo y explica que la primera tentación del negocio sea siempre “pagar menos” en lugar de “ganar mejor”.

Mantener la calma implica separar cash‑flow de beneficio, prever impuestos como un coste fijo y no confundir el éxito puntual con estabilidad financiera.

El miedo, nace casi siempre de mala organización, no de la ley en sí.

Presión fiscal real (versión sin eufemismos)

«La presión fiscal en España… a nivel de recaudación estamos recaudando bastante bien; el problema es que la gente empieza a darse cuenta de que cuesta mucho trabajo» .

Hay que separar lo que el BOE promete de lo que un negocio sufre: ayudas cortoplacistas frente a obligaciones permanentes (IRPF, IVA, Sociedades). El riesgo de “emprender con prisa” es adelantar dinero y que la cuenta de resultados no llegue a tiempo.

Emprender en España suele arrancar con titulares motivadores y subvenciones. Este marco que estimula la alta de autónomos también penaliza los primeros picos de beneficio…

Cuando, tras ocho o diez años de esfuerzo, por fin cobras bien, más de la mitad se evapora en impuestos. Ese salto repentino —sin progresividad real— alimenta un miedo colectivo que paraliza inversiones.

De ahí el goteo de profesionales que mudan residencia fiscal, aplazan proyectos o diluyen capital para no rebasar el «tramo maldito».

En la práctica, el sistema disuade la escala: premiamos el autoempleo de subsistencia y castigamos el negocio que podría contratar. El resultado es menos tejido productivo estable y más economía de supervivencia. Esa es la verdadera presión fiscal: la que drena ambición y tiempo.

Curva de Laffer: la línea invisible que marca el límite

Álvaro Sáez y la Curva de Laffer

«Si los impuestos están al 0 % se recauda 0 %, pero si los pones al 100 % también se recauda cero».

Cuando el tipo sube más allá de cierto umbral, la renta del trabajo aguanta —porque la gente necesita comer—, mientras que el capital cruza la frontera o se estructura a través de Luxemburgo y Holanda.

La elasticidad es distinta si gravamos nóminas o dividendos

Pongámonos en el caso hipotético de que el Impuesto sobre Patrimonio aprieta, quien tiene 50 millones puede mudarse y ahorrar 5 millones al año; el pequeño propietario con dos pisos no huye y en consecuencia acaba pagando. Esa movilidad explica por qué los Estados recurren a gravar consumo y nómina: son bases “cautivas” que garantizan caja inmediata.

Por eso, en España tres cuartas partes de la recaudación proceden de IRPF, IVA y cotizaciones.

¿Por qué duele más al autónomo que a la gran empresa?

No es sólo el porcentaje: ES EL CALENDARIO. El autónomo liquida IVA trimestral aunque el cliente le pague a 90 días. La multinacional ajusta pagos, compensa bases y financia el impuesto con la banca a coste corporativo.

De ahí la importancia de negociar “facturo cuando cobro” o, al menos, una parte al inicio.

Cuando repasas tus números podrás comprobar con facilidad que EL GOLPE no viene tanto del tipo impositivo como del reloj:

Tú declaras el IVA en abril, julio, octubre y enero, pero, seamos realistas, buena parte de tus clientes no suelta un euro hasta pasados sesenta o noventa días, de modo que tú pagas primero y cobras después, con la tesorería en permanente apnea.

Mientras tanto, la gran empresa opera con otro margen; factura hoy, se deduce mañana y alarga el abono a sus proveedores, de modo que financia su impuesto con tu paciencia y con líneas de crédito bancario respaldadas por activos que, como las acciones de Apple, por ejemplo, que sirven de garantía sin necesidad de venderlas.

Hay que pensar que cuando uno compra acciones de Apple, uno está comprando lo mismo que compran los grandes patrimonios del mundo.

Esa asimetría de poder explica por qué a ti te duele más cada trimestre: si quieres evitar ahogarte debes negociar cobros inmediatos —incluso aceptar un precio algo menor a cambio de liquidez— o, en su defecto, reservar un colchón que cubra al menos dos liquidaciones de IVA para no depender de la voluntad de terceros.

La multinacional, en cambio, compensa bases entre filiales, optimiza plazos y traslada el esfuerzo financiero a proveedores más pequeños, multiplicando el desnivel.

Moraleja: sin cambiar de carril ni de país, tu única defensa es blindar el flujo de caja y tratar cada factura como un activo que no existe hasta que está cobrada y en la cuenta.

Cash flow ≠ beneficio contable

Otro error letal: confundir entrada de efectivo con riqueza retenida. Es conocido el caso de la start‑up digital que facturó 300 000 euros en un webinar masivo, gastó 120 000 euros en ads y acabó sin liquidez para pagar el IRPF de los socios.

Siempre repito que la primera trampa de un emprendedor es confundir la vorágine de cobros con riqueza consolidada; muchos empresarios noveles equiparan el “cash in” con beneficio y empiezan a gastar antes de cuadrar los números.

  1. Prioriza el dilaciones no imputables a la Administración —corto en días, estable en pagadores, seguro en contratos—. La vacuna es priorizar el cobro: pactar plazos cortos, trabajar con pagadores estables y blindar cada proyecto con contratos sólidos; sólo así mantienes tu poder de negociación y evitas financiar, sin querer, el negocio ajeno.
  2. Financia el IVA con póliza si el ciclo de caja supera 60 días. Cuando el ciclo de caja supera los 60 días, resulta más prudente cubrir el IVA con una póliza de crédito que desangrar la tesorería.
  3. Reporta beneficios sólo cuando haya líquido para el dividendo y para Hacienda. Por último, no declarar beneficios hasta que el banco muestre saldo suficiente para repartir dividendo y saldar la factura fiscal “hay que intentar no facturar si no cobras” y custodiar el efectivo como el verdadero oxígeno del proyecto.

Así, se cierra el círculo: liquidez primero, impuestos después y, solo entonces, crecimiento sostenible.

Invertir hoy para pagar menos mañana: del IRPF al 50 % al ahorro al 19 %

«El primer buen año vas a pagar IRPF casi al 50 %; asúmelo, invierte el excedente y construye un patrimonio líquido que te proteja en los años malos ».

Cuando llega el primer euro de beneficio hay que aceptar que tributará casi al 50 %; la verdadera partida empieza con el neto disponible.

La metáfora es sencilla: mientras trabajas, construye un colchón de capital líquido que te sostenga cuando el negocio flojee. Dividendos, intereses y plusvalías tributan entre el 19 % y el veintitantos, la mitad que tu IRPF tope.

Psicología del emprendedor y disciplina de inversión

Sin reserva negociadora, aceptarás cualquier precio que ofrezca el cliente . Por eso insistimos en diversificar fuera del propio negocio: acciones globales, metales, incluso cripto si se hace con método.

El objetivo no es jubilarse, sino sobrevivir a los años malos sin quemar la empresa ni aplazar impuestos a ciegas.

Cambiar de residencia fiscal: ¿Mudarte a Andorra lo arregla todo?

«No basta con 183 días fuera; si tu mujer, tus hijos y tu audiencia están en España, tu centro de intereses sigue aquí».

Muchos creen que basta con pasar 183 días fuera de España para cambiar de residencia fiscal, pero la Agencia Tributaria no se guía sólo por el calendario. Si tu pareja, tus hijos y tu vida cotidiana permanecen aquí, el centro de intereses personales sigue anclado en territorio español.

De igual forma, si la mayor parte de tus ingresos procede de clientes, patrocinadores o anunciantes españoles, o si conservas inmuebles y cuentas bancarias en el país, Hacienda entenderá que nunca te has ido.

Estos tres indicios —residencia familiar efectiva, origen del ingreso y presencia de patrimonio— bastan para que la AEAT abra inspección.

Y la respuesta puede ser fulminante: en cuanto requiera documentación, y no le convenza, el inspector levanta un acta de disconformidad y, a las pocas semanas, decreta un embargo preventivo sobre tus bienes, aun antes de que el procedimiento haya concluido.

Por eso, antes de plantearte mover tu domicilio fiscal, revisa dónde estudian los niños, quién te paga las facturas y qué se ve reflejado en el Registro de la Propiedad. Si esas piezas siguen en España, marcharte sólo añadirá un problema al pasaporte: la etiqueta de residente encubierto que acarrea sanciones y recargos.

A continuación te resumo las tres pruebas que suele usar la AEAT:

  • Residencia familiar efectiva.
  • Origen del ingreso (patrocinadores, clientes, anunciantes).
  • Bienes inmuebles o cuentas bancarias en España.

Inflación: el impuesto invisible

La impresión de moneda devalúa ahorro y dispara bases imponibles:

«La inflación es el impuesto perfecto … genera aumentos de recaudación en todos los tributos».

A corto plazo Hacienda ingresa más; a medio, la cesta sube y esa recaudación “extra” compra menos servicios públicos. Para empresas y autónomos, mirar los números en términos reales —no nominales— evita la falsa sensación de mejoría.

Defiéndete —o deja que te defendamos. Defensa frente a Hacienda.

Álvaro Sáez te defiende de Hacienda

«La presión fiscal española, no es una condena sino un tablero complejo que exige anticipación. Si entiendes la Curva de Laffer, gobiernas tu cash‑flow y blindas tu residencia fiscal, podrás dedicar los recursos a crecer –y a dormir tranquilo– en lugar de temer cada sobre certificado.».

Si has recibido un requerimiento, si planeas vender tu empresa o simplemente quieres pagar lo justo y nada más, habla con nosotros en SAEZ.LAW. Llevamos dos décadas combinando estrategia y litigio para lograr que la presión fiscal sea soportable.

Cuando Hacienda acusa y juzga a la vez (inspector juez‑y‑parte), la única defensa es táctica: pruebas, plazos y recurrir hasta el TEAC. 

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