Empezar un nuevo negocio, un nuevo producto, un nuevo servicio, una nueva organización o con una nueva inversión es como estrenar un cuaderno en blanco.
Al menos yo lo siento así. Me empeño en planificar con el máximo detalle, con objetivos claros y alcanzables, y con estrategia. Mucha estrategia.
Si tú eres de los míos, si te gusta hacer bien las cosas con Hacienda, poniendo todo lo que está en tu mano para cumplir con la Ley, hoy quiero compartir contigo esas claves que debes seguir para no pagar ni un euro de más, ni de menos, en impuestos.
Se acabó el procrastinar y quejarte de lo mal que lo hace el Gobierno y lo poco que Hacienda se pone en tu lugar. Tú debes ser el primero en poner de tu parte para ahorrarte impuestos mientras te conviertes en un maestro en esto de hacer bien las cosas con Hacienda.
En nuestro próximo evento gritamos alto y claro que «sí, podemos» entrar en la lista VIP de aquellas personas que saben hacer bien las cosas con Hacienda. Y quiero que te prepares, que entiendas cómo funcionan los impuestos, lo sencillo que puede ser ahorrártelos, qué cosas te ponen en la diana de la Inspección de Hacienda y que tú mismo puedas defenderte de Hacienda si es necesario.
Y para defenderte no hay nada mejor que prevenir y seguir esas claves que la propia Hacienda nos muestra cada día, con normas fiscales que ponen puertas al campo e inspecciones de Hacienda que son solo más de lo mismo. Una dosis de experiencia para entender lo que funciona, reconocer si podemos aplicarlo en nuestro día a día y solucionarlo hoy mejor que mañana.
Allá vamos.
¿Qué vas a encontrar en este post?
Ir por la vida prestando atención a los hechos imponibles
Hacer bien las cosas con Hacienda empieza por no hacer nada con Hacienda 😉.
Se trata de no generar deudas por impuestos, es decir, no hacer cosas que conlleven el pago de impuestos.
Hace unos días en una ponencia poníamos un ejemplo, vender unas acciones con plusvalía sin venderlas. Hace años que unas acciones que compraste se han revalorizado, ahora surge una oportunidad: comprar la casa de tu vida.
Si vendieses las acciones —con su plusvalía—, tendrías el dinero para comprarte la casa de tus sueños. Pero, siempre hay un pero, esa plusvalía, esa revalorización de tus acciones puede pagar entre un 19% y un 28% en 2023.
Esto sería cuánto tienes que pagar por esa ganancia patrimonial al vender en 2023.
Es un dinero en pago de impuestos y pocos o ningún beneficio fiscal puedes aplicar, salvo que tengas pérdidas pendientes de compensar.
En este caso hay una primera defensa para protegerte del pago de impuestos: no vender las acciones.
Porque si tú no vendes las acciones, tú no tienes ganancia patrimonial en IRPF.
Pero tú piensas que no puedes permitirte el lujo de no hacer esto.
¿Qué podrías hacer en este caso? — Pedir un préstamo y ofrecer como garantía pignoraticia esas acciones. Así, tú tendrías el dinero para comprarte tu casa y no habrías generado una ganancia patrimonial por la plusvalía obtenida en la venta de las acciones. Y las acciones pueden seguir revalorizándose y generando dividendos.
Este tipo de estrategias, sencillas de entender y de aplicar evitan que se generen las deudas tributarias, deudas por impuestos con Hacienda.
Hacer bien las cosas con Hacienda tiene mucho que ver con cómo lo cuentas (lo que haces)
Oír, ver y callar.
Escucha. Habla poco y sonríe mucho. Tú puedes verte tentando a hacerte de menos y dar la impresión de que tu negocio no da muchos beneficios. «Excusatio non petita accusatio manifesta». Así, empujarás al inspector a querer hablar largo y tendido con tu asesor o contable.
Y tu asesor es un tipo serio —o debería serlo— que no va a mentir. Justificará moralmente tu forma de proceder y al hacerlo reconocerá que te va mejor de lo que te gustaría que Hacienda pensase.
Muchas veces en una inspección de Hacienda nuestros clientes nos preguntan
—¿Qué crees que quieren?
Y yo les respondo— si tú te empeñas, todo, aunque también te digo que los inspectores suelen ser buenas personas que solo están haciendo su trabajo.
No contar nada es más difícil de lo que parece. Sonreír y entablar amistad con el/la inspector/a es algo solo al alcance de actores nominados a los Goya. «Rebel Moon (parte uno): La niña del fuego» de Netflix, minutos 10:10 a 22:10. Una dramatización en 12 minutos de cómo te puedes llegar a sentir en una inspección de Hacienda en todas sus fases durante sus 18 meses.
«Rebel Moon (parte uno): La niña del fuego» es una peli —es ficción y solo eso— y una cosa es como te puede llegar sentir y otra lo que realmente ocurre durante una inspección de Hacienda. La realidad es otra —mucho mejor— y los inspectores —en general— son buena gente y todo va a depender en gran medida de cómo tú te lo tomes.
Pero si fuese tan fácil hacerse amigo de la Inspección de Hacienda y llegar a acuerdos razonables, esto estaría chupado.
Dejando a un lado el dramatismo de la peli «Rebel Moon», no vas a ser el primero ni el último tipo con tablas al que Hacienda inspeccione. Otros te han precedido y han intentado hacer eso «tan inteligente» y tan sensato que a ti se te ha ocurrido.
Lo mejor es hablar de lo intrascendente, conversación de ascensor pura y dura. Pero amable y cordial a la vez. El clima y sus variaciones es un gran tema. También las fiestas patronales o lo mal que está lo de aparcar.
Si reconoces lo bien que te va y presumes, ya está. Ya te ha pillado y tú solo te has puesto en el punto de mira.
Si ocultas tu prosperidad, se va a notar y caerás en incongruencias, más pronto que tarde. Tus cuentas bancarias y tu contabilidad cuentan una historia que tus mejores encantos, sonrisa y discurso difícilmente pueden disimular.
Tu contable o tu asesor fiscal tampoco pueden ocultarlo.
Deja que tu contabilidad y tus cuentas bancarias hablen por ti, y tú céntrate en escuchar y sonreír. Si te preguntan algo, aporta la contabilidad — asegúrate antes y siempre de que es correcta—. Y si las facturas te delatan, pregúntate si es el momento de una segunda opinión sobre tus cuentas.
Hacer bien las cosas con Hacienda tiene mucho que ver con tener una buena contabilidad. Siempre estás a tiempo de tenerla.
Y si tienes dudas de cuánto quiere Hacienda, es muy sencillo: Hacienda lo quiere todo, salvo que tú pruebes y demuestres que sabes «Hacer bien las cosas con Hacienda» 😜.
Es mejor curar que prevenir y el tiempo todo lo cura cuando hablamos de Hacienda
Los impuestos y las deudas tributarias prescriben. Más tarde de lo que te gustaría, más temprano de lo que le gustaría a la Inspección de Hacienda.
Quizás pienses que pagar impuestos es lo correcto, que pagar impuestos es bueno porque significa que te va bien, que has tenido más suerte que otros y que lo que procede es compartir los frutos de tu éxito.
Pero el pagar impuestos en abundancia no te ayudará a hacer bien las cosas con Hacienda. La vaca que más se ordeña es la que más leche da.
Sabemos que pagar con holgura buenas cantidades de impuestos puede ser reconfortante, que puede darte paz y tranquilidad, y que crees que no optimizar tu fiscalidad te ayudará a no recibir la ya famosa carta negra de Hacienda, pero no es así.
No decimos que defraudes o evadas el debido pago de tus impuestos… ¡Claro que no!
Pero recuerda que no estás tratando con tus padres y los inspectores no son de los que buscan lo mejor para ti. Los inspectores buscan el cumplimiento de la Ley fiscal y lo mejor para el Tesoro Público. Y es bueno que sea así, alguien deben velar por los dineros de todos. Tú defiende los tuyos.
Estás pagando impuestos para el Estado y su Administración, una organización en la que la Ley de Parkinson está por encima de las demás —y si no se cambian— y los gastos tienden a igualar y normalmente superar los ingresos. Los ingresos son tus impuestos. Así que, igual que buscas cumplir las normas y hacer bien las cosas con Hacienda, debes controlar tus salidas de caja por pago de impuestos, ya que cuando se abusa de la generosidad con Hacienda se puede dar a entender, sin darnos cuenta, que estamos defraudando impuestos.
«El Lazarillo de Tormes», Anónimo:
«Y porque vea Vuestra Merced a cuánto se extendía el ingenio de este astuto ciego, contaré un caso de muchos que con él me acaecieron, en el cual me parece dio bien a entender su gran astucia.
[…]
——Agora quiero yo usar contigo de una liberalidad, y es que ambos comamos este racimo de uvas y que hayas de él tanta parte como yo. Partillo hemos de esta manera: tú picarás una vez y yo otra, con tal que me prometas no tomar cada vez más de una uva.
Yo haré lo mismo hasta que lo acabemos, y de esta suerte no habrá engaño.
Hecho así el concierto, comenzamos, mas luego al segundo lance, el traidor mudó de propósito y comenzó a tomar de dos en dos, considerando que yo debería hacer lo mismo. Como vi que él quebraba la postura, no me contenté ir a la par con él, mas aun pasaba adelante: dos a dos y tres a tres y como podía las comía. Acabado el racimo, estuvo un poco con el escobajo en la mano y meneando la cabeza dijo:
—Lázaro, engañado me has. Juraré yo a Dios que has tú comido las uvas tres a tres.
—No comí —dije yo—, más ¿por qué sospecháis eso?
Respondió el sagacísimo ciego: —¿Sabes en qué veo que las comiste tres a tres? En que comía yo dos a dos y callabas».
No te pases, no vaya a pensar Hacienda que comes las uvas de tres en tres. Paga los impuestos que te corresponde pagar si te corresponde pagarlos, es lo mejor para ti.
Estrategia para hacer bien las cosas con Hacienda
Todos los que hemos pasado por una inspección de Hacienda hemos vivido momentos de incertidumbre.
Días en los que eres consciente de que algo no va todo lo bien que debería, de que Hacienda está apretando de más y de que por alguna extraña razón, digas lo que digas, la Inspección de Hacienda se ha confabulado en tu contra para que no levantes cabeza, pagues todavía más impuestos y de regalo un par de sanciones tributarias.
Sí, eso es lo más fácil.
Echar la culpa a Hacienda, el karma o el Gobierno.
Pero la realidad es que cuando nos inspeccionan aprendemos de todo: de números y contabilidad, de leyes y normas fiscales, de actas y diligencias, de recursos contra Hacienda…
Sin embargo, el árbol no nos deja ver el bosque y olvidamos un área crucial que es determinante a la hora de hacer bien las cosas con Hacienda, con las declaraciones de impuestos y con todas aquellas personas que nos importan y debemos cuidar y proteger.
Y sé que estás pensando que la palabra que tengo en la boca es abogado fiscalista, pero estoy hablando de algo mucho mayor, donde el abogado fiscalista es tan solo uno de los pilares básicos sobre los que asentar una estrategia efectiva y duradera.
Estoy hablando de auténtica y verdadera, genuina estrategia fiscal.
Cubre el formulario y RESERVA TU PLAZA en nuestro evento «Hacer bien las cosas con Hacienda» Jornada exclusiva con Álvaro Sáez. ⬇️
¿Por qué cubrir el formulario para reservar una plaza en nuestro evento?
- Porque queremos ayudarte y que hagas bien las cosas con Hacienda.
- Porque sólo tú puedes darnos tus datos de contacto.
- Porque cuidaremos los datos de tu nombre, teléfono y e-mail con mimo y con respeto.
- Porque es la forma de que pueda ayudarte a defenderte ante la Inspección de Hacienda.
Hacer bien las cosas con Hacienda, un evento para ti
Llevábamos tiempo queriendo crear un evento que abordara todos estos temas porque veíamos que toda la formación fiscal a la que asistíamos se centraba en las declaraciones fiscales y los beneficios fiscales, pero no contaban nada de la estrategia fiscal en particular —antes, durante y después de una inspección de Hacienda.
Y surgió crear «Hacer bien las cosas con Hacienda». Porque si alguien sabe de inspecciones de Hacienda y lo demostramos cada día con nuestro trabajo somos nosotros. Gracias a todos ellos y todas ellas por su testimonio.
El evento tendrá lugar el próximo mes, si no es agosto, ni diciembre. Los abogados fiscalistas también bajamos el ritmo de vez en cuando, aunque sea poco. Allí compartiremos contenido único sobre impuestos, estrategia fiscal, procedimiento de inspección, comprobaciones, actas, liquidaciones, sanciones, derivaciones de responsabilidad y prescripción de deudas tributarias.
Hacer bien las cosas con Hacienda y cuidar de esa relación tan especial que tenemos con ella será la clave para el futuro de tu negocio y proteger tu patrimonio.