John Maynard Keynes fue un hombre sensacional con el que no puedo dejar de sentirme identificado. Cada uno con sus sentimientos.
Al Sr. Keynes yo lo conocí en el año 2004 por dos de sus obras “The Economic Consequences of the Peace” y “The General Theory of Employment, Interest and Money”, además de por las continuas referencias que otros autores hacían de él.
¿En qué me parezco yo a Keynes?
Los dos somos personas de firmes convicciones que podemos fácilmente sustituir por otras firmes convicciones en cuanto vemos que las primeras no producen resultados.
Mi ilusión en 2004 era llegar a ser banquero de inversión, en 2006 me di cuenta, leyendo a Hayek y Milton Friedman, y el Financial Times, que iba a llegar la peor crisis financiera desde el crack del 29 y que lo más parecido a lo que yo podía aspirar a convertirme era ser Abogado de Impuestos.
Así que sustituí mi firme ilusión de ser banquero de inversión, por mi firme idea de ser el mejor abogado de Impuesto de la Historia.
Pero aquí no terminan mis similitudes con John Maynard Keynes.
¿Keynes era un economista liberal o socialista? ¿De izquierdas o de derechas?
Pues ni una cosa, ni la otra.
Keynes, en mi opinión, ni siquiera era un economista, al menos no como el resto de los economistas de su época. Los cálculos estadísticos no eran lo suyo, las fórmulas matemáticas tampoco, aunque forzado por las ideas imperantes de lo que era el rigor científico en su momento también usó lenguaje matemático para ganar credibilidad.
¿Qué vas a encontrar en este post?
✅ Keynes propuso un modelo keynesiano con una serie de medidas que funcionaron durante muchas décadas y que fueron aplicadas por políticos liberales, conservadores y socialistas, pero Keynes no era ninguna de las tres cosas.
Yo digo que me siento de izquierdas, entre otros motivos, porque no soy un conservador ultracatólico, y para mí siempre es de izquierdas, siempre es humanista, alguien que no cree a pies juntillas en que un espíritu embarazó a una virgen en Oriente Medio hace 2020 años y ese niño hijo del único Dios verdadero murió ejecutado por los romanos para nuestra salvación eterna, salvo que, por ejemplo, me divorcie, tenga sexo con otro hombre, no vaya a misa los domingos, coma carne en determinadas fechas, utilice condones, o no le cuente que me siento culpable a un señor en una caja oscura al que no le veo la cara.
El humanismo, según Harari, tiene tres vertientes: socialismo, liberalismo y nacionalismo.
Keynes no abrazó en exclusiva ninguna de las tres, yo tampoco.
Y especialmente ambos, Keynes y yo, coincidimos en la inoperatividad de la política monetaria para invertir el ciclo económico y generar empleo y riqueza.
Tanto Keynes como yo, Álvaro Sáez, confiamos en las políticas fiscales expansivas.
El QE «Quantitative Easing» sólo provocará la japonización de la economía mundial, el aumento de las diferencias entre ricos y pobres, y un muy bajo crecimiento medio, con altibajos más moderados.
Son las políticas fiscales las que pueden sacar a España de la crisis tan terrible en la que ya estamos inmersos. Son las políticas fiscales las que pueden reducir la brecha entre ricos y pobres, y hacer realidad nuestro deseo de igualdad de oportunidades para todos.
Si no fuese por las políticas y el modelo keynesiano, el nieto de un minero de Laciana, hijo de un rojo exiliado tras la Guerra Civil, no podría ser el nuevo Keynes, así que mi compromiso con la igualdad de oportunidades es indiscutible.
✅ John Maynard Keynes nació en 1883, yo nací en 1983, 100 años después.
Las ideas de Keynes funcionaron muy bien en el siglo XX, siglo en que la Humanidad confió en Keynes y logró un desarrollo económico espectacular.
Pero las ideas de Keynes, igual que las mías, como son una serie de guías prácticas para lograr prosperidad en una realidad concreta, como no son credos, no funcionan eternamente.
El cristianismo, el liberalismo, el socialismo y el nacionalismo como son religiones, son muy abstractos y se pueden aplicar a muchas realidades distintas, eso sí con impredecibles resultados.
Las ideologías funcionan con analogías y las analogías no son nada científicas.
En el año 600 no había condones, pero como la Biblia dice en Génesis 1:28:
«Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos , y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra».
Y usar condones impide la fecundación, entonces, los católicos no deben usar condones.
En el año 1930 no había Internet ni ordenadores, pero como el liberalismo dice que:
« Para que haya progreso tiene que haber competencia»
Entonces multamos a Microsoft y a Google por prácticas monopolísticas.
En 1960 no había calentamiento global derivado del consumismo incontrolado de las masas trabajadoras, pero como el socialismo dice que:
«De cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades».
Pues, le cobramos impuestos a la riqueza de ricos y pobres, desincentivamos el ahorro y la inversión, y el consumo sigue contaminando de forma desbocada.
Mi mapa se basa en la observación del territorio, no intento hacer cuadrar a martillazos el territorio en mi mapa. Esto tiene un contra, cuando la espiche, el mundo seguirá cambiando, pero yo no podré seguir actualizando mi mapa.
✅ Si mis ideas fuesen dogmas religiosos, cualquiera podría hacer una analogía absurda y mis ideas seguirían siendo válidas.
Las ideas de Keynes o las mías generan resultados, pero sólo mientras la realidad no cambie demasiado.
¿Qué ha cambiado desde que el modelo Keynesiano fue formulado?
Te respondo a la gallega: «¿Qué no ha cambiado?»
Keynes desarrolló sus teorías en un momento en que la sociedad industrial y los estados nación estaban completamente asentados.
Álvaro Sáez —así me llamo— ha desarrollado sus teorías en un momento en que la sociedad industrial está desapareciendo para ser sustituida por un nuevo modelo: «la Sociedad Digital».
Además, hoy el mundo está globalizado y, el credo humanista es sus tres versiones ha sustituido las creencias religiosas de la sociedad agrícola previa.
Mis ideas siguen el modelo keynesiano, pero no pueden ser las ideas de Keynes, la forma en que las hago llegar a los demás tampoco pueda ser la misma. En la época de Facebook, Google, Amazon y Apple no puedo comunicarme como lo hacía el Sr. Keynes hace 100 años, igual no necesito hacer fórmulas matemáticas, pero SEO y RRSS fijo que sí.
Para llegar a ti, para llegar a todos y hacer este mundo globalizado, digital y humanista un mundo mejor para ti y para todos, un mundo más próspero he escrito un libro que puedes comprar en Amazon —claro:
No pagar impuestos para ayudar a los demás
✅ La idea fundamental es que, si queremos salir de la crisis, si queremos un mundo más próspero, más igualitario y mejor para todos, debemos expandir el gasto público.
Para expandir el gasto público necesitamos recaudar más Impuestos y para recaudar más Impuestos es necesario que la riqueza, el capital, las inversiones no paguen Impuestos. Sé que con la que está cayendo esto puede sonar raro, pero sigue leyendo.
El problema de esta idea, igual que la de Keynes en su día, es que sólo funcionará unas décadas y después, la misma prosperidad que ha generado provocará nuevas realidades y nuevos problemas para los que la solución será otra idea, no la mía.
Las ideas de Keynes rompían con el status quo liberal y político de su época, pero funcionaban.
Mis ideas rompen con el status quo liberal y político de mi época, pero funcionan.
Además, yo he hecho algo que Keynes no hizo, yo he descendido mis ideas a una realidad palpable, a tu realidad.
Quien descendió el modelo Keynesiano al emprendedor fue Robert Kiyosaki , 50 años después.
Con independencia de que los políticos acepten o no mis ideas, cualquier emprendedor, especialmente aquel emprendedor digital y global, puede aplicar mis ideas, ganar dinero, generar prosperidad, generar empleo y riqueza, y no pagar Impuestos por su capital.
El liberalismo es un credo que no tiene respuesta a todos los problemas de prosperidad de la Humanidad, Keynes ha muerto, así que sólo te puedo decir que ¡Viva SAEZ.LAW y su modelo keynesiano (saeziano suena muy mal, 😉)!
Álvaro Sáez
Abogado de Impuestos