El periódico El País titulaba hace unos días: «Barcelona estudia una “tasa Amazon” para los gigantes del comercio electrónico».
Si hace un tiempo os explicaba en detalle que es la Tasa Google y la gran desventaja que supondrá su implantación hoy toca analizar lo que implica una tasa municipal sobre el transporte ya denominada Tasa Amazon.
Primero pongámonos en situación: El Ayuntamiento de Barcelona desde hace unos meses viene estudiando la puesta en marcha de una tasa para las grandes empresas como Amazon, que obtienen beneficios en sus propias palabras «de la ciudad», pero no pagan impuestos como el comercio local.
Jurídicamente la idea es la de gravar el uso del espacio público, una competencia en este caso local que puede desempeñar el ayuntamiento.
Además de la supuesta injusticia de no pagar impuestos, como el comercio tradicional —se habla de compensarlos así de alguna forma—, la idea de la Tasa Amazon también se apoyaría en los efectos negativos que genera la distribución de productos en la ciudad, como un mayor tráfico y un aumento de la contaminación.
Así se gravaría o bien cada entrega o bien el volumen de negocio que cada operadora tenga en la ciudad.
Entre sus explicaciones también dicen que su intención no es la de penalizar las compras online —aunque no lo parezca—.
Estas empresas a las que pretenden incluir en el pago de la tasa —cuya actividad principal sería online— lo harían por uso del dominio público y el coste sería en torno a un 1,5% de sus ingresos brutos.

🏫 El ayuntamiento cree que esta tasa es una forma de ofrecer un «retorno» del impacto de estas empresas en la ciudad.
Y ahora empiezan las preguntas: Si la tasa es municipal, ¿a quién se gravaría? Lógicamente no a Amazon ni empresas similares que no tienen su ubicación en la ciudad de Barcelona si no al negocio subcontratado que se encarga del reparto final, esto es, al eslabón más débil de la cadena que por otra parte ya tributa por sus actividades y por sus vehículos.
Yo, desde SAEZ.LAW y como abogado especialista en impuestos creo que la Tasa Amazon que propone el ayuntamiento de Barcelona es poco oportuna y que, pese a que los políticos la vendan como que con ella se recaudará más, se contaminará menos y se hará justicia, sinceramente creo que sucederá lo contrario.
Amazon y todos los demás afectados trasladarán la carga de ese impuesto al consumidor y por consumidor me refiero a todas esas empresas medianas y pequeñas a las que esta subida afectará de forma desastrosa e implicará que sumada a otras medidas fiscales poco certeras provoque el cierre de muchos negocios en España. Esos negocios una vez cerrados, como es lógico, dejarán de pagar impuestos.
Por otra parte, esa supuesta justicia desaparecerá cuando el coste extra a mayores que implicará la tasa se traslade al cliente que acabará pagando indirectamente esa misma tasa.
🤔 Creo firmemente que una política fiscal diseñada para apuntar a un solo sector o actividad es de base injusta.
A mayores me planteo si esta medida no podría desincentivar las compras en línea o provocar entregas en segundas residencias como una escapada a la subida de precios o al pago del impuesto.
Titulares de hace unos meses de la prensa económica inglesa dicen cosas como estas: «Amazon ignora la amenaza del nuevo impuesto digital del Reino Unido»
Nacido a raíz de que Amazon haya hecho caso omiso de la amenaza del nuevo impuesto digital que se avecina en el Reino Unido, afirmando que sus planes de inversión en el país no se desanimarán ya que lo tienen tan fácil como depositar ese nuevo impuesto en los costes a sus vendedores.
¡Más claro imposible!
La Tasa Amazon al igual que la Tasa Google si sale adelante será un error que nos saldrá caro —bueno, en este caso le saldrá caro a la ciudad de Barcelona—. Cobrar Impuestos a la riqueza o a la inversión, sea ladrillo, acciones, o transporte de mercancías es un error que pagan los más débiles: los consumidores, los trabajadores y los autónomos.
El efecto a largo plazo será una menor productividad, una menor competitividad y un menor crecimiento económico.
Lo que más impuestos recauda son el IVA, el IRPF y la Seguridad Social. Castigar con Impuestos a Amazon o a Google lo único que consigue es reducir el consumo y el empleo y, en consecuencia, la recaudación de Impuestos que tanta falta nos hace en la situación actual.

💰 Es importante que la riqueza no pague Impuestos para que esta se re invierta en el propio país y genere prosperidad y abundancia.
Nuestro sistema impositivo es claramente poco inteligente y poco competitivo. Con él, se recauda poco y se desincentiva la inversión y la generación de empleo. Los gobiernos, ya sean locales, autonómicos o nacionales deberían considerar el alivio fiscal como una forma de minimizar el impacto económico de la crisis sanitaria. No deben ponerse a crear impuestos y tasas de la nada que solo conseguirán perjudicarnos.
Tenemos que comenzar a plantearnos la posibilidad de imaginar otras formas de pensar. Debemos organizarnos no basándonos exclusivamente en crear nuevos impuestos para salir de cualquier situación.
Y las ideas sobre cómo tratar nuestros Impuestos deben incluirse en ese nuevo planteamiento como parte central de la solución.
Concibiendo modelos que se salgan del mapa en el que hemos crecido y en el que ha crecido la economía española. Modelos en los que es posible que se redistribuya el dinero de una forma un tanto distinta sin que nadie por ello salga perjudicado.
La fiscalidad debe ser atractiva y competitiva. Para conseguirla se debe permitir que cambie el patrón persistente. Que la economía no sea la misma de hace 30 años. Hoy el entorno ya no es el mismo y ese modelo de economía ya no funciona.
Los Impuestos bajos orientados al crecimiento son suficientes para atender el estado de bienestar, aunque se pregone lo opuesto.
Los impuestos altos, por el contrario, debilitan nuestra estructura empresarial y nuestra capacidad de afrontar con éxito los ciclos económicos.
Álvaro Sáez
Abogado Fiscalista